Rose Aguirre*.- Las cifras sobre violencia contra la mujer, en el Perú, son un grito de auxilio. El problema está frecuentemente invisibilizado. Con el tiempo las denuncias van en aumento. Pero no todas denunciamos, ya sea por miedo, vulnerabilidad, o porque no se conocen suficientemente las normas políticas que nos respaldan. Porque seguro si denuncias lo primero que harán es preguntarte ¿Cómo andabas vestida? ¿qué hacías a esa hora fuera de casa? Y si vives con el agresor es tu culpa por no hacerte respetar.
Las mujeres somos la mitad de la población, nos están matando, pero también hay que insistir en ello, también invisibilizando: no solo con golpes, ahorcadas, quemándonos o mutilándonos sino también desde la indiferencia, gritos, insultos, falta de empatía.
La casuística de la violencia contra las mujeres se repite una y otra vez, como si se estuviera naturalizando la agresión. No importa quien seas, como te llames o a que clase social pertenezcas, si eres víctima serás cuestionada y acusada, tu nombre estará en las portadas de los diarios, más no el de tu agresor. Y el juez, como en la mayoría de los casos en el Perú, fallara en tu contra.
Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables a través de la Unidad de generación de información y gestión del conocimiento dentro del Programa nacional contra la violencia familiar y sexual, entre los años 2002 y 2016, el porcentaje de mujeres víctimas de violencia es de un 88%, mientras que el de los hombres un 12%.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) del primer semestre de 2018, 65,9 % de las mujeres de 15 a 49 años de edad fue víctima de violencia (psicológica, verbal, física o sexual) ejercida por su esposo o compañero.
Mientras que la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) de 2017 indica que los departamentos que presentaron un alto porcentaje de mujeres violentadas entre 15 y 45 años fueron Cusco con 79,4 %, Apurímac 78,0 %, Puno 74,7 %, Pasco 74,3 % y Junín 73,6 %.
En tanto, las denuncias de violencia familiar por algún tipo de agresión totalizaron 141.922, de las cuales 72.433 fueron por agresión física, 61.371 psicológica y 3.048 por agresión sexual. Hay otro dato negativo que se está convirtiendo lamentablemente en tendencia, si naces mujer en el Perú te arriesgas a ser vulnerada, desde los 11 años de edad. Sin embargo, está el caso de una violación a una bebe de dos meses.
Según diversas entidades públicas como el Ministerio de Salud, el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil y el Seguro Integral de Salud, cada día cinco niñas menores de 15 años y diez adolescentes de 15 años se convierten en madres producto de violencia sexual, porque si un mayor de edad tiene relaciones con una menor de edad es violación.
La Defensoría del Pueblo ha atendido de enero a agosto del presente año en los Centros de Emergencia Mujer 2 mil 427 casos de violencia sexual contra la mujer de los cuales un 92% tiene como víctimas a niñas. Y siete de cada 10 madres adolescentes no deseaban quedar embarazadas, cuatro de cada 10 adolescentes abandonan la escuela debido a un embarazo.
Pero seguramente seguimos exagerando, y los derechos humanos no se ven vulnerados por la violencia contra la mujer. Para la ONU: «Ya sea en el hogar, en la calle o durante la guerra, la violencia contra las mujeres y las niñas es una violación a los derechos humanos de proporciones pandémicas que tiene lugar en espacios públicos y privados».
Vivimos en una sociedad donde es imposible que una mujer no se sienta acosada en algún momento de su vida. Y la violencia no viene solo de parte del agresor sino, en muchos casos, de una sociedad que lo respalda. ¿Y el respeto al otro? ¿Y el amor al prójimo? ¿Dónde quedan?
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* Estudiante de Periodismo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya
Columna: La Periferia es el Centro
Escuela de Periodismo – Universidad Antonio Ruiz de Montoya