Facebook   Twitter   Instagram   Youtube   Flicker

Somos como la paja del páramo…

«Somos como la paja del páramo que se arranca y vuelve a crecer y
de paja de páramo sembraremos el mundo» Dolores Cacuango

La resistencia individual y colectiva firme tiene la capacidad, actitud y decisión de mantenerse inquebrantable en sus principios y valores, rechaza todo tipo de descomposición que fulmina, deteriora y aniquila personas y sociedades. Algunos seres humanos tienen precio, se venden en el mercado de la corrupción como cualquier objeto, en ese submundo intercambian su dignidad, principios y valores por «un plato de lentejas».

Volveremos a empezar, saldremos de esta pandemia sanitaria y de esta degradación ética y moral. Nos levantaremos como esa paja de páramo que por más que se pise, se arranque, se seque, porfiadamente vuelve a crecer.

Ante la avalancha de corrupción e impunidad en la que está sumergida la sociedad, es pertinente, urgente y necesario activar la resistencia a esa estructura que carcome el tejido social en su naturaleza, esencia y fundamento. Estamos acostumbrados a escuchar noticias de actos de corrupción de todo nivel; vemos que los corruptos y corruptores casi siempre salen bien librados. Nos escandalizamos, criticamos, censuramos y nos quedamos quietos ante esta realidad que se ha vuelto familiar, frecuente y normal.

Debemos salir del aletargamiento social para construir una opción colectiva sólida, compacta, constante que combata esta pandemia, esta es una obligación, responsabilidad y compromiso de todos y especialmente de los cristianos.

¿Cómo hacerlo, es la pregunta capital? Podremos desmantelarla o al menos combatirla con fehaciente intrepidez, a sabiendas que son poderes enquistados en las instancias gubernamentales, empresariales e incluso familiares, sin duda una tarea faraónica que encierra peligros, ataques hasta con amenazas contra la propia vida. La corrupción y la impunidad tienen vida propia, se autogobiernan, regulan y actúan, están bien organizadas y gozan de abundante salud financiera.

En ese medio debemos, como sociedad, resistir a todo tipo de ofensiva, embate y ataque. Sin amilanarnos ni achicarnos frente a un «monstruo grande que pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente». En este caso resistir demanda organizarnos, formarnos e informarnos, estructurar estrategias de investigación y denuncia, diseñar metodologías que promuevan la honestidad, la honradez y el servicio ético y moral a la sociedad en general y en especial a los más pobres y vulnerables.

– Resistir es la consigna vigente y permanente.

– Resistir es nuestra tarea y compromiso principal e ineludible.
– Resistir a romper nuestros principios y valores éticos y morales.
– Resistir a involucrarnos en redes de corrupción.
– Resistir a promover la impunidad.
– Resistir a vendernos como mercancía para obtener de manera fácil e ilícita un beneficio personal perjudicando a la sociedad.
– Resistir a ser parte de una estructura organizada que busca estrategias para robar y delinquir desde el poder…
– Resistir y seguir adelante es la consigna, tenemos la fe que nos da el Señor, la esperanza que nos anima y la fortaleza espiritual.
– Resistir como la paja del páramo, para contar con una sociedad equitativa, justa, solidaria, libre de corrupción e impunidad.

——–

Carta No. 33 – 21 de junio 2020, de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz |Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe