Ciudad del Vaticano.- En el marco de las discusiones relacionadas a la discriminación racial, xenofobia e intolerancia y en la Comisión sobre el Informe de Derecho Internacional al trabajo, durante el 73º período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, la Santa Sede rechazó el racismo y promueve mejores políticas de trabajo.
El Observador de Misión Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Monseñor Bernardito Auza, expresó su condena ante el racismo, la discriminación racial y la xenofobia por ser contrarias a la dignidad humana. Además, lamentó que haya aumentado el temor y el odio hacia el resto de personas basados en la identidad étnica, nacional o religiosa que lleva a la intolerancia, la discriminación, la exclusión y la violencia.
«Vivimos en tiempos en que los sentimientos para muchos parecían estar desactualizados parecen reemerger y difundir. Como mencionaba el Papa Francisco a los participantes de una conferencia internacional celebrada en el Vaticano sobre Xenofobia, racismo y populismo. El nacionalismo en el contexto de la migración global, parece haber un aumento de sentimientos de sospecha, temor, desprecio e incluso odio hacia individuos o grupos juzgados por su identidad étnica, nacional o religiosa y, como tales, se considera que no son lo suficientemente dignos de ser parte de la vida de la sociedad», afirma el Nuncio Auza.
Crear una cultura del encuentro
En ese sentido, el Observador Permanente recuerda que, en respuesta a ello todos los estados deben trabajar por construir una cultura de encuentro, solidaridad, fraternidad y compasión, basada en el respeto mutuo.
«Los líderes religiosos y creyentes, tienen la responsabilidad especial de fomentar tal cultura y condenar las religiones que se usan como pretexto para la intolerancia. La investigación de incidentes sobre discurso xenófobos y crimen de odio no llevan a nada bueno, puesto que tales frases manipuladas y discriminatorias y represivas se basan en criterios ideológicos errados».
Trabajo de Comisión Internacional del Trabajo
El segundo tema que el Arzobispo participa es N°82 del programa dedicado al Informe del Derecho Internacional Comisión sobre los trabajos de su septuagésimo período de sesiones (Grupo II).
La Misión Permanente de la Santa Sede insta a la ONU a que los Estados garanticen el cumplimiento de todas las disposiciones penales sobre la separación, la agresión, la subyugación, la esclavitud, el exilio forzoso, la trata de personas, la limpieza étnica y otros crímenes de lesa humanidad.
«El enjuiciamiento de los crímenes de lesa humanidad, es un asunto de suma preocupación. En ese sentido, la Santa Sede llama en los términos más enérgicos, para la prevención de tales actos, el enjuiciamiento de quienes los cometen y la protección de sus víctimas, e insta a todas las naciones a respetar su deber para con la humanidad de proteger y apoyar a las personas en situaciones vulnerables».
Acogida a migrantes y protección a refugiados
Por último, Monseñor Auza exhorta a que todos los Estados puedan brindar la acogida y protección a los migrantes que dejan sus naciones por causas de persecución religiosa, violación de derechos humanos o crisis humanitaria.
«Los Estados deben dar la bienvenida a las migrantes que huyen por crímenes contra sus derechos y no deben deportar aquellos refugiados a los lugares de origen que podrían ocasionar el fin de su existencia. La Santa Sede alenta los esfuerzos de la Sexta Comisión por desarrollar una nueva convención para prevenir y castigar los crímenes de lesa humanidad a través de la codificación del derecho consuetudinario existente y la promoción de la cooperación judicial internacional», finaliza. (José Villanueva)
Fuente: Vatican News