Ciudad del Vaticano.- En el marco del Foro económico mundial, que se lleva a cabo en la ciudad de Davos, Suiza, el cardenal Turkson, el Patriarca ecuménico Bartolomé I y el Rabino de Moscú, Goldschmidt, pidieron a los gobiernos del mundo que las nuevas tecnologías se utilicen para el bien común, porque «no hay un segundo planeta donde vivir».
«La tierra está llorando y también los pobres están llorando». Por esto, los líderes religiosos han venido a Davos para hablar al corazón de la economía mundial y suscitar una «conciencia global para el cambio». Lo dijo el cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, interviniendo este miércoles por la tarde en una conferencia de prensa en el marco del Foro Económico Mundial que concluye el viernes 24 de enero, junto al Patriarca ecuménico Bartolomé I y al Rabino Jefe de Moscú, Pinchas Goldschmidt.
Generar una consciencia global para el cambio
Si como dice el Papa en la Encíclica Laudato Si la tierra y lo pobres lloran, – explica el purpurado ghanés – hay una emergencia que debe ser escuchada y «todos debemos tratar de detener este llanto». Estamos aquí como huéspedes en el Foro Económico Mundial – explica el cardenal Turkson – «porque queremos generar una consciencia global para el cambio». Para Turkson las nuevas tecnologías no deben «determinar lo que estamos llamados a ser», sino que deben ser usadas «para el bien común, el bien de la humanidad, de la tierra y de sus habitantes». «No hay un segundo planeta en donde vivir» – recordó – antes de pedir al mundo político y a los gobiernos que reconozcan «el rol central de las religiones y de las creencias», denunciando la practica difundida, sobre todo en los países secularizados, de «relegar las religiones a la esfera privada, negando su influencia en la vida de las personas.»
Ayer en el Foro Económico de Davos, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, amenazó una vez más con imponer un 25% de aranceles a los automóviles europeos, si Francia y Gran Bretaña activarán un impuesto web para gravar a las grandes empresas americanas de la red, que hoy en Europa pagan impuestos irrisorios eligiendo su domicilio fiscal. De hecho, un acuerdo sobre los aranceles podría estar cerca: la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, después de haber visto a Trump en Davos, se lo espera «dentro de pocas semanas». El presidente de Estados Unidos dice que Europa «no tiene otra opción» que negociar. Europa pone en la balanza las monstruosas ganancias de Google, Amazon, Facebook, logradas en el viejo continente con «mini» impuestos pagados en Irlanda u otras jurisdicciones favorables.
Fuente: Vatican News