Ciudad de México (EVARED).- El Santo Padre ha recordado que la esencia de Dios es su misericordia; amor gratuito, generoso, siempre fiel, capaz de perdonar, de restaurar y de llevar a plenitud. Dado que gracias a Jesucristo, muerto y resucitado para salvarnos, hemos llegado a ser hijos de Dios, estamos llamados a ser misericordiosos como el Padre. Quien es misericordioso sabe comprender, actúa con justicia, perdona, se reconcilia y es solidario, ayudando a los demás a alcanzar un arrollo integral del que nadie quede excluido. Así, siendo misericordiosos contribuimos a la paz.
Una situación mundial a la que estamos llamados a responder con misericordia es la migración. Millones de personas se desplazan de un país a otro buscando mejores condiciones de vida. Datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estiman que existen 214 millones de migrantes en el mundo. En el caso de México, se calcula que anualmente ingresan de manera irregular por la frontera sur de México unos 150,000 migrantes con la intención de llegar a Estados Unidos de América. La edad promedio de la población que emigra es de 26 años, y de la que inmigra es de 28 años; la proporción es de tres hombres por cada mujer (cf. OIM, 2014)
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, de la sociedad civil y de la Iglesia por apoyar a losmigrantes, la mayoría de los indocumentados enfrentan situaciones muy difíciles. Frente a esta realidad, el Papa ha dicho: «La falta de reacciones ante estos dramas de nuestros hermanos y hermanas es un signo de la pérdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil» (Laudato Si’,13). Para hacer frente a esta situación la Iglesia en México les ofrece a los migrantes atención en másestá atenta a la defensa de sus derechos fundamentales.
Con el deseo de manifestar su cercanía y solidaridad con los migrantes, así como de hacerconciencia de la necesidad de respuestas humanas ante la realidad de la migración, el Papa presidirá en Ciudad Juárez una Misa el miércoles 17 de febrero. Esta celebración litúrgica está también dirigida a las víctimas de las violencias. Además de las más de 200 mil personas que participarán en la Misa en Ciudad Juárez, miles lo estarán haciendo del otro lado del río y cerca de 50 mil migrantes seguirán la transmisión por televisión en el Estadio Sun Bowl de El Paso, Texas. Un momento muy significativo será cuando el Papa se acerque a la línea fronteriza para orar y saludar a los fieles congregados en la frontera de Estados Unidos de América. Con este gesto, el Santo Padre recordará a todos que «quien recibe al otro recibe a Dios en persona» (Mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, 2016).
Conforme se acerca la llegada del Santo Padre a nuestro país, la alegría por encontrarse con él crece en los corazones de los mexicanos. Hemos sido testigos del interés cada vez más mayor que tienen millones de compatriotas por acercarse al Santo Padre y por escuchar sus mensajes de misericordia y paz. Les comunicamos con alegría que ya se están repartiendo los boletos en las diócesis y será el Obispo del lugar el encargado de distribuirlos -de modo gratuito- entre los fieles.
Otra posibilidad para ver al Santo Padre será durante los trayectos que realice en papamóvil. Setienen 5 distintos vehículos para las sedes: Ciudad de México y Ecatepec, San Cristobal de Las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Morelia y Ciudad Juárez. Dos unidades -Jeep Wrangler- se han traído de Estados Unidos y tres han sido armadas en nuestro país por Fiat Chrysler México, estas son modelo pick-up Dodge Ram. Los vehículos son descubiertos con el sillón giratorio para el Papa en el centro y dos sillones laterales para sus acompañantes.
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Boletín de Prensa de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en ocasión del viaje Apostólico del Papa Francisco a México «Misionero de misericordia y paz»