La mañana de este lunes 31 de octubre, el papa Francisco inició su viaje a Suecia, en un vuelo de Alitalia que decoló a las 8:20 de la mañana desde el aeropuerto internacional Leonardo da Vinci. El viaje que se extenderá por dos días, tiene como finalidad recordar los 500 años de la Reforma, ruptura que aún hoy permanece a pesar de algunos importantes pasos que se han dado hacia la unidad.
Como ya es costumbre, el Pontífice ha saludado brevemente a los periodistas que viajaban con él en el avión. De este modo –informan los medios presentes en el vuelo– el Papa, refiriéndose a las polémicas de los días pasados sobre su decisión de ir a Suecia para el V centenario de la Reforma protestante les dijo: «Es un viaje importante porque es un viaje muy eclesial en el campo del ecumenismo. Vuestro trabajo ayudará mucho para hacer que la gente lo entienda debidamente».
Como estuvo programado, el avión aterrizó a la hora prevista en el aeropuerto internacional de Malmö, en Suecia, en una mañana gris otoñal. Le esperaban al pie de la escalera el primer ministro de Suecia, Stefan Lofven y la ministra de la cultura, Alice Bah Kuhnke.
La delegación pontificia estaba compuesta entre otros del cardenal secretario de estado, Pietro Parolin, y por el sustituto de los Asuntos generales de la Secretaría de Estado, Mons. Angelo Becciu. Después del recibimiento oficial en el que la banda interpretó los himnos del Vaticano y de Suecia, el Santo Padre se reúne privadamente con el primer ministro en una sala del aeropuerto, antes de transferirse a la residencia de Igelösa, ubicada a 40 kilómetros de Malmö.