Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco hizo público un reciente motu proprio «Vos estis lux mundi», que establece nuevos procedimientos para denunciar el acoso y la violencia, y asegurar que los obispos y los superiores religiosos sean responsables de sus acciones. La nueva normativa establece la obligación para los clérigos y religiosos de denunciar los abusos. Cada diócesis deberá tener un sistema que sea fácilmente accesible al público para recibir informes
«Vos estis lux mundi, ustedes son la luz del mundo…. Nuestro Señor Jesucristo llama a cada creyente a ser un brillante ejemplo de virtud, integridad y santidad. Tomado del Evangelio de Mateo, estos son el título y las primeras palabras del nuevo Motu Proprio de Francisco dedicado a la lucha contra los abusos sexuales cometidos por clérigos y religiosos, así como las acciones u omisiones de obispos y superiores religiosos «con la intención de interferir o evadir» las investigaciones de los abusos.
El Papa recuerda que «los crímenes de abuso sexual ofenden a Nuestro Señor, causan daños físicos, psicológicos y espirituales a las víctimas y dañan a la comunidad de los fieles», y menciona la responsabilidad especial que tienen los sucesores de los apóstoles en la prevención de estos crímenes.
El documento es un fruto más del encuentro sobre la protección de los menores celebrado en el Vaticano en febrero de 2019. En él se establecen nuevas normas de procedimiento para combatir los abusos sexuales y asegurar que los obispos y los superiores religiosos den cuenta de su trabajo. Es una normativa universal, que se aplica a toda la Iglesia Católica.
Entre las novedades previstas se encuentra la obligación para todas las diócesis del mundo de contar, para junio de 2020, con «uno o más sistemas estables y fácilmente accesibles al público para presentar informes» sobre los abusos sexuales cometidos por clérigos y religiosos, el uso de pornografía infantil y el encubrimiento de los mismos abusos. Lo que se quiere es que las personas que han sufrido abusos puedan recurrir a la Iglesia local con la seguridad de que serán bien recibidas, que estarán protegidas de las represalias y que sus informes serán tratados con la máxima seriedad.
Obligación de informar
Otra novedad se refiere a la obligación de todos los clérigos, religiosos y religiosas, de «informar con prontitud» a la autoridad eclesiástica de todas las denuncias de abusos de las que tengan conocimiento, así como de las omisiones y encubrimiento en la gestión de los casos de abusos. Si hasta ahora esta obligación se refería, en cierto sentido, sólo a la conciencia individual, a partir de ahora se convierte en un precepto legal universalmente establecido.
No sólo el abuso infantil
El documento abarca no sólo el acoso y la violencia contra los niños y los adultos vulnerables, sino también la violencia sexual y el acoso resultante del abuso de autoridad. Esta obligación también incluye cualquier caso de violencia contra las religiosas por parte de clérigos, así como el caso de acoso a seminaristas o novicios mayores de edad.
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