Washington, EEUU.- El presidente de los Obispos Católicos de los Estados Unidos de Norteamérica, Cardenal Daniel DiNardo, expresó su dolor por la muerte de migrantes centroamericanos que buscan llegar a los EEUU, particulamente por la muerte del padre e hija salvadoreños, ahogados al cruzar el Río Grande. Los prelados se sumaron al pesar expresado por el papa Francisco y señalaron «que el grito de un padre y su hija que se ahogaron al cruzar el Río Grande llega hasta el cielo mismo».
En un comunicado que se hizo público el miércoles 26 de junio denuncia que estos cuadros de dolor que se viven son «consecuencia de un fallido sistema de inmigración, sumada a los crecientes reportes de condiciones inhumanas para los niños en custodia del gobierno federal en la frontera, que requieren acciones inmediatas».
El Cardenal Daniel N. DiNardo, de Galveston-Houston y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, y el Obispo Joe S.Vásquez de Austin, Presidente del Comité de Migración, hacen un llamado al gobierno federal para que escuche el llanto de los pobres y vulnerables.
El comunicado conjunto dice lo siguiente:
“Nos unimos a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, con una inmensa tristeza, después de haber visto las horribles imágenes de Oscar Martínez y su pequeña hija Angie Valeria, quienes se ahogaron en el Valle del Río Grande mientras intentaban huir de la persecución y entrar a los Estados Unidos. Esta imagen clama al cielo por justicia. Esta imagen silencia la política. ¿Quién puede ver esta imagen y no ver los resultados de los fracasos de todos nosotros para encontrar una solución humana y justa a la crisis de inmigración? Lamentablemente, esta imagen muestra la difícil situación diaria de nuestros hermanos y hermanas. No solo su grito llega al cielo. Nos alcanza. Y ahora debe llegar a nuestro gobierno federal.
Todas las personas, sin importar su país de origen o estatus legal, están hechas a la imagen de Dios y deben ser tratadas con dignidad y respeto. Informes recientes de superpoblación y condiciones insalubres son terribles e inaceptables para cualquier persona bajo la custodia de Estados Unidos, y particularmente para los niños, quienes son especialmente vulnerables. Tales condiciones no deben ser utilizadas como herramientas de disuasión. Podemos y debemos seguir siendo un país que da la bienvenida y brinda refugio a los niños y las familias que huyen de la violencia y persecución.
El Congreso debe proporcionar fondos adicionales para atender las necesidades de los niños bajo custodia federal. Su proyecto de ley de asignaciones suplementarias también debería aumentar las protecciones para los niños inmigrantes, incluidos los estándares elevados y la supervisión de las instalaciones fronterizas. Es posible y necesario cuidar la seguridad de los niños migrantes y la seguridad de nuestros ciudadanos. Al dejar de lado los intereses partidistas, una nación tan grande como la nuestra puede hacer ambas cosas».
Fuente: Conferencia Episcopal de los EEUU / Vatican News