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Nuestro voto decide el presente y futuro del país

«De que la elección sea buena o mala depende la prosperidad o la decadencia, la salud o la perpetua enfermedad del Estado. Hay, pues, que tomar conciencia plena de la responsabilidad que tenemos de intervenir bien en esos comicios». Cardenal Pablo Muñoz Vega, 1978.

Nuestra responsabilidad ética y cívica es elegir bien. El domingo 7 de febrero escogeremos a las nuevas autoridades del país. Como lo advirtió, hace más de cuatro décadas, el Cardenal Muñoz Vega, está en nuestras manos elegir la salud del Estado o condenarlo a la enfermedad que se traduce en pobreza, atraso, subdesarrollo, corrupción, impunidad.

La campaña electoral ha estado llena de cuantiosas ofertas. Los 16 binomios nos han ofrecido: dinero, rebaja de impuestos, eliminación del examen de ingreso a las universidades, creación de miles de puestos de trabajo, exportación de agua, minería inversa para sacar oro de los celulares, vacunación masiva contra el covid 19, aumento de las penas judiciales, inclusive restaurando la pena de muerte, incremento de salario básico. ¡Promesas! pero ninguno dice ¿cómo lo va a hacer ni cómo va a financiar lo prometido?

Nuestra actitud crítica y de acción ciudadana consciente y responsable, debe llevarnos a un análisis de los ofrecimientos y ver si son posibles de ejecutar, a discernir sobre su validez y eficacia en las actuales condiciones del país, entonces, separaremos el trigo de la cizaña, lo real de lo demagógico, lo posible de ejecutarse de lo imposible; lo que es discurso populista engañoso de lo que es propuesta y compromiso responsable. Solo así nos daremos cuenta quien dice la verdad y quien engaña.

Los candidatos serios deben decir el ‘cómo’, el ‘de dónde’ sacarán los recursos para solventar las ‘maravillas que nos prometen’, sabiendo que el Estado está al borde de la quiebra. Al eliminar impuestos ¿cómo se financiará el presupuesto del Estado? ¿Cómo, en dónde y con qué financiamiento van a crearse los nuevos empleos? Y que no nos digan que todo se hará gracias al endeudamiento externo. El crédito internacional es usualmente usurero, tenga el origen que sea, capitalista o socialista, su motivación es la misma, el lucro y aprovechamiento del débil.

Sobre la Asamblea Nacional, es necesario tener presente que sus exclusivas tareas son legislar y fiscalizar. Los legisladores tienen prohibición legal de ocuparse de la obra pública; cualquier oferta en ese sentido es falsa y debe ser rechazada. Es triste mirar como la actual Asamblea apenas tiene el 2% de aceptación por su pésima gestión y además un gran número de ellos están procesados judicialmente.

Debemos escoger personas con capacidad para desempeñarse eficazmente en lo que les corresponde. Que tengan valores éticos y cívicos, que sean honestos y capaces de actuar más allá de sus intereses y de los grupos que representan.

Nuestro pueblo tiene raíces profundamente humanistas que afirman la dignidad y los derechos de la persona, la necesidad de reconstruir ‘la unidad espiritual, moral, jurídica y económica de la familia’, valora y defiende la vida, el trabajo, la justicia social, la protección y cuidado de la ‘casa común’ y la ‘madre naturaleza’.

Justicia y Paz invita a discernir el voto, a hacerlo responsablemente, para defender la verdad, el derecho, la justicia, la libertad. No lo olvide: ¡nuestro voto decide el futuro del país… de todos!

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Carta de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe