Sonia Távara*.- En estos días de elecciones municipales, lo que más necesitamos es gente honesta y capaz de poder limpiar el cargo de cualquier recodo de corrupción y mala gestión. Por ello, recuerdo ahora una frase que leí hace algunos meses, dicha por Howard Gardner: «para que un profesional sea realmente exitoso, primero debe ser buena persona». En nuestra historia esto se hace aún más crítico, pues los últimos meses hemos tenido en frente rostros y situaciones que nos hablan de la corrupción y de un sistema que sabíamos existía, pero nunca lo habíamos visto cara a cara.
Esto ha tenido varias consecuencias en nosotros: desde querernos alejar del problema y no ver más las noticias hasta mantenernos al tanto minuto a minuto de cada nuevo audio o situación, sintiéndonos más indignados aún. Pero como en esta vida todo lo que no resuelves en su momento vuelve a ti, estamos aquí nuevamente frente a la posibilidad de elegir. Y esto es muy importante: ¡tenemos la posibilidad de elegir quién estará gestionando nuestra ciudad por los próximos cuatro años!
Pero muchos de estos hallazgos, situaciones políticas y el mundial -por supuesto-, nos han quitado el tiempo y el deseo de poder estar informados de quiénes son estos nuevos candidatos y cuál es su trayectoria, su experiencia, pues pondremos en la mano de alguno de ellos el gobierno de nuestra región, de nuestra ciudad y nuestro distrito. ¿Estaremos en la posibilidad de elegir a alguien?, ¿cómo estamos eligiendo? y ¿qué estamos eligiendo?
Entonces aquí es donde la frase de Gardner, mencionada al inicio de esta columna, tiene relevancia. Pero, pero ¿qué significa esta frase?, o ¿cómo esta puede ayudarnos a elegir bien para no permitir que este sistema corrupto siga perpetuándose frente a nuestras narices? Gardner sostiene que «un buen profesional» tendría que ser alguien excelente, comprometido y ético; una persona con estas cualidades estaría comprometido con el bien común, más allá de sus propios egos o necesidades. Por lo tanto, también sería ético para poder tomar decisiones de esta envergadura. De igual manera, Gardner expresa que la excelencia está presente en esta triada, la cual, además, está acompañada de los saberes técnicos que cualquier profesional debe sostener en su especialidad u oficio. Esto es lo que nos haría ser catalogados como buenos profesionales.
Volviendo a nuestra situación actual, ¿tendremos un candidato que reúna estas cualidades o que se asemeje a ellas? ¿Qué sabemos de la gestión de nuestros candidatos, de sus procesos en la toma de decisiones, de sus compromisos con nuestra ciudad?
Tenemos que ser conscientes de que nuestro voto es un «buen voto», tenemos que volver a nosotros mismos para poder reconocer si nuestro voto será un voto informado y responsable o simplemente es una forma de expresar nuestros desgano y apatía a todo lo que hemos vivido o quizá una respuesta visceral a todo lo que nos significa la política. Necesitamos gente honesta en las municipalidades y gobierno, pero también necesitamos gente honesta y capaz en las urnas. Nada de lo que sucede en nuestros gobiernos es casualidad, nada de lo que vivimos se dio o dará por fruto del azar. Cada uno de los ciudadanos hemos puesto una cuota y hoy tenemos la posibilidad hacerlo nuevamente.
* Educadora, con Maestría en Psicología educativa. Forma parte de la Comisión de la Pastoral Juvenil Jesuita del Perú.