Navidad: Hoy ha nacido el Salvador LC. 2,1-14.

Perú (EVARED) – Lucas nos presenta el imperio de Roma domina y ordena un censo. Es dentro de esa situación particular que sucede el nacimiento de Jesús. De esto nos habla el evangelio de Lc 2,1-14. José y María suben a Belén, ciudad de David para inscribirse en el censo (v.4-5). En esas circunstancias nace un niño, desvalido, en un pesebre. María lo envuelve en pañales (v. 7). Es el llanto de un Dios hecho niño que experimenta la alegría de vivir en una humanidad que camina en tinieblas y sombras de muerte y que ve una gran luz (Is. 9,1).

Ese niño indefenso, pobre nos trae la luz de su presencia para iluminar nuestras vidas, nuestros corazones y nuestra mente para saltar de júbilo y de alegría, porque romperá con el yugo de la opresión, la mentira, la corrupción y los poderes oscuros de la muerte (Is. 9,3-4).

«Un niño se nos ha nacido. Él es el consejero, admirable, Padre eterno, Príncipe de la Paz»(Is. 9,5)

La humanidad recobra su sentido de humildad, sensibilidad y verdad para fijarse no en los poderes de este mundo, sino en esa cueva de Belén. Ese niño sonríe hoy al mundo para decirnos quieres paz, yo consolido el derecho y la justicia. Porque mi amor es más fuerte que el odio, la violencia y la muerte sin razón. Yo soy la luz que viene para iluminar el corazón de todo ser humano que quiere guiarse por la luz de mi Palabra que es vida y verdad.

Yo soy la vida porque quiero y amo la vida. Y quiero que se la respete, la valores porque yo soy el Señor tu Dios que te ha hecho y que te ha formado para que tú aprecies la vida como don de Dios.

Yo soy el camino que te conduce a las fuentes tranquilas y serenas de la paz, si tú caminas rectamente en la justicia y la verdad. Si tú amas y respetas a tu hermano y hermana como hijos de un mismo Padre Dios.

Yo soy tu salvador que viene para liberarte del pecado que niega el amor a Dios y al hermano. Porque el pecado produce división, egoísmo, rompimiento del diálogo y de la común unión entre las personas.

Yo soy ese niño que crece contigo, que experimenta la alegría de vivir, que llora, canta, ríe en ese niño y niña que juega, estudia, trabaja, canta a tu alrededor.

Hoy he nacido en tu corazón para que cambies de conducta. Hoy nazco en el corazón de tu hogar para que éste sea mi cuna del amor y de la comprensión entre padres e hijos. Porque donde hay amor, tolerancia, comprensión y respeto allí nazco cada día en medio de ustedes.

Hoy quiero nacer en el corazón de la sociedad, no en medio de juguetes ni mercados, sino en el corazón de varones y mujeres que con honestidad y fidelidad trabajan por el respeto por la vida y los derechos más fundamentales de cada ser humano. Porque donde hay amor y solidaridad, hay fe que mi PALABRA cobra un nuevo sentido cuando se hace carne en el corazón de la humanidad. Feliz navidad. (Fr. Héctor Herrera, o.p.)