Justicia y Paz rinde un homenaje especial a la mujer en su dimensión maternal, que en su rol de esposa, hija, compañera y amiga, sigue fortaleciendo con valentía los hogares, aún más en la actual crisis sanitaria que vive Ecuador y el mundo.
Esta cuarentena y el «quedarse en casa», han cambiado los hábitos y acciones dentro y fuera de los hogares. Esta experiencia nos está dejando muchas lecciones, especialmente cuando recuperamos aquello que es compartir entre padres e hijos, ancianos y jóvenes, hombres y mujeres, dando sentido y valor a la familia.
Para el Papa Francisco «la familia es un tesoro precioso (que) hay que sostener y proteger siempre», que hay que cuidar y fortalecer desde el amor, a la luz y testimonio de Jesús, quien nos llama a querernos unos con otros, donde prime la comunicación, la paz, el respeto y el amor.
En varias ocasiones, el Papa, ha destacado que la fe es principalmente transmitida por las mujeres al calor del hogar, mujeres que con su testimonio siembran las raíces «a través de los gestos, miradas, caricias, como la de nuestras madres, abuelas; con el sabor a las cosas que aprendimos en el hogar, de manera simple y auténtica» (junio 2019).
En la actual crisis que vivimos se evidencia el papel que cumple la mujer: se proyecta, cada vez con más intensidad, al cumplimiento de diversas responsabilidades, en el ámbito profesional en diversas ramas. Como protagonista de primer orden en la política y en la ciencia o como deportista, funcionaria o servidora de la comunidad. De tal manera que cuando nos referimos a la mujer en la sociedad actual, debemos revalorizar a la mujer que, además de ser madre, esposa, hija, compañera, también desempeña un papel de gran trascendencia en el mundo exterior.
La permanencia en casa, durante la cuarentena, permite visibilizar el esfuerzo de tantas mujeres que deben conjugar en lo cotidiano sus labores profesionales con las tareas domésticas. El sacrificio de aquellas que diariamente se despiden de su familia para ir a cumplir su trabajo en hospitales, centros de salud, albergues; o son parte de las fuerzas de seguridad, o atienden en un supermercado o recogen la basura… o las mujeres del campo que luego de cultivar la tierra, para los alimentos lleguen a nuestra mesa, retornan a preparar la comida para los suyos, con cansancio, pero con responsabilidad y amor.
Por tanto, hoy ser mujer y madre implica una variada gama de roles, sentimientos y emociones, actividades y responsabilidades, reflejados desde el servicio y la entrega, al igual que lo hizo María con su hijo Jesús al amar y acompañar a la gente, la comunidad, el pueblo.
La madre es el pilar emocional de la familia, además de la administradora y educadora, por lo que es momento de reconocer y valorar la gran labor que realizan las mujeres en los hogares y en la sociedad en general.
La Comisión ecuatoriana Justicia y Paz expresa su respeto y admiración para la mujer-madre, que desempeña el incomparable papel de dadora de vida y lo hace con entrega, sacrificio y amor, como sólo la mujer es capaz de dar. · #ComuniquemosEsperanza.
Carta No. 27 – 10 abril 2020, de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz | Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe