“…Insto a los manifestantes a que presenten sus demandas de forma pacífica, sin ceder a la tentación de la agresión y la violencia, hago un llamamiento a todos aquellos que tienen responsabilidades públicas y gubernamentales para que escuchen la voz de sus conciudadanos y satisfagan sus justas aspiraciones garantizando el pleno respeto de los derechos humanos y las libertades civiles”. (Papa Francisco, septiembre 2020).
Gran intranquilidad causa en la ciudadanía el Paro Nacional convocado por la Conaie, en aras de un reclamo popular en torno a la crisis general que afecta particularmente a los más pobres. Compartimos la preocupación que el conflicto entraña y el derecho a la protesta social, pero ya lamentamos varios actos de violencia. Esperamos que no sean como los ocurridos en octubre de 2019.
Las exigencias de la Conaie, expresadas en diez puntos, y motivo del paro con carácter indefinido no dejan entrever la posibilidad de diálogo y consensos con las autoridades y sectores involucrados. No se considera que gran parte de la inacción del gobierno está dada por el conflicto político entre la Asamblea, que no cumple sus funciones y el propio Ejecutivo que no aporta soluciones; a esto se añade la mala administración de justicia, donde malos elementos vuelven a la justicia injusticia porque no permiten procesos transparentes ni éticos. Tampoco se considera el entorno internacional marcado por la pandemia covid 19 y la guerra Rusia-Ucrania, entre los más importantes.
Los planteamientos de la Conaie no traen consigo propuestas que permitan superar los escollos que impiden una acción económica dinámica y social positiva.
• El incremento del precio de los combustibles responde a la variación del costo del crudo en el mercado internacional y si bien exportamos petróleo, también es cierto que importamos sus derivados.
• Detener el incremento de los precios de productos de primera necesidad no es fácil, sobre todo, por la larga cadena de intermediación.
• La inseguridad, es un tema muy complejo, al parecer tras de sí, está el narcotráfico que es un mal mundial.
• La corrupción y la delincuencia organizada no se solucionarán con tan solo el incremento de policías ni con decretos de emergencia.
• La falta de medicinas en los hospitales es pública y notoria y debe ser atendida con urgencia.
Pueden y deben formularse alternativas que lleven a acciones concretas y efectivas que permitan al país salir del presente estancamiento y deterioro social. Para ello entre lo más importante se debe considerar:
• el fortalecimiento institucional;
• el fomento y apoyo a la producción nacional, con énfasis en la producción agrícola para consumo interno, potencialmente activa y base del consumo nacional.
• Concretar el crédito accesible, con tasas de interés razonables, para las micro, pequeñas y medianas empresas, emprendimientos, organizaciones de la economía popular y solidaria, acompañados de entrenamiento y capacitación que optimice el uso de los recursos, incremente la producción y minimice el riesgo, utilizando la banca pública y también la privada, como instrumentos idóneos y comprometidos con la sociedad para generar producción, empleo y renta.
• Dinamizar, aprovechando los ingresos extra del petróleo, la obra pública que permita contratar masivamente a quienes han quedado en el desempleo y cuyo estado socio-económico es paupérrimo.
• Garantizar los derechos básicos de los más pobres, a través de la entrega disciplinada de los bonos en curso, teniendo en cuenta su condición de medidas transitorias y no de permanentes y asistencialistas.
• La consolidación de un proceso de transición ecológica a través de la implementación de la economía circular, cambio de la matriz energética, uso de materiales sustentables y responsabilidad social-ambiental en el uso de los recursos naturales.
Todo esto en estricta comunión entre el gobierno y la ciudadanía, como entes corresponsables de la vida económica y social de los ecuatorianos, poniendo como política de Estado, el logro de una mayor y mejor calidad de vida para todos y anteponiendo la solidaridad, la transparencia, la ética en cada actividad desplegada, frente a intereses mezquinos y corruptos que son los que carcomen la dignidad y la tranquilidad del país.
Carta semanal de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz | Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe.
carta No. 137– 19 de junio 2022