Ciudad del Vaticano.- Con ocasión del VI Aniversario de su Visita a la Isla italiana de Lampedusa, el papa Francisco presidió una Santa Misa por los Migrantes, en la que que insistió los migrantes son, ante todo, «personas, no se trata sólo de cuestiones sociales o migratorias! «No se trata sólo de migrantes».
«En este sexto aniversario de mi visita a Lampedusa, pienso en los ‘últimos’ que todos los días claman al Señor, pidiendo ser liberados de los males que los afligen. Son los últimos engañados y abandonados para morir en el desierto; son los últimos torturados, maltratados y violados en los campos de detención; son los últimos que desafían las olas de un mar despiadado; son los últimos dejados en campos de una acogida que es demasiado larga para ser llamada temporal», lo dijo el Obispo de Roma.
«¡Son personas, no se trata sólo de cuestiones sociales o migratorias! «No se trata sólo de migrantes», en el doble sentido de que los migrantes son antes que nada seres humanos, y que hoy son el símbolo de todos los descartados de la sociedad globalizada»
«No se trata sólo de migrantes»
Desafortunadamente, agregó el Santo Padre, las periferias existenciales de nuestras ciudades están densamente pobladas por personas descartadas, marginadas, oprimidas, discriminadas, abusadas, explotadas, abandonadas, pobres y sufrientes. En el espíritu de las Bienaventuranzas, estamos llamados a consolarlas en sus aflicciones y a ofrecerles misericordia; a saciar su hambre y sed de justicia; a que sientan la paternidad premurosa de Dios; a mostrarles el camino al Reino de los Cielos. ¡Son personas, no se trata sólo de cuestiones sociales o migratorias! «No se trata sólo de migrantes», en el doble sentido de que los migrantes son antes que nada seres humanos, y que hoy son el símbolo de todos los descartados de la sociedad globalizada.
«Una gran responsabilidad, de la que nadie puede estar exento si queremos llevar a cabo la misión de salvación y liberación a la que el mismo Señor nos ha llamado a colaborar»
Se requiere compromiso, esfuerzo y gracia
Antes de concluir su homilía, el Papa Francisco precisó que, parece como algo natural el retomar la imagen de la escalera de Jacob, señalando que en Jesucristo, la conexión entre la tierra y el cielo es segura y accesible para todos. «Pero subir los escalones de esta escalera requiere compromiso, esfuerzo y gracia. Hay que ayudar a los más débiles y vulnerables. Me gusta pensar, entonces, que podríamos ser nosotros aquellos ángeles que suben y bajan, tomando bajo el brazo a los pequeños, los cojos, los enfermos, los excluidos: los últimos, que de otra manera se quedarían atrás y verían sólo las miserias de la tierra, sin descubrir ya desde este momento algún resplandor del cielo». Finalmente, el Santo Padre agradeció a los diferentes inmigrantes que han llegado recientemente y que ya están ayudando a los hermanos y hermanas que han venido recientemente. «Quiero agradecerles por este hermoso signo de humanidad, gratitud y solidaridad».
Fuente: Vatican News