Ciudad del Vaticano.- Del 29 al 31 de enero, en el Centro de Congresos Augustinianum, de Roma, se llevó a cabo el Primer Congreso Internacional de la Pastoral de las personas mayores, para reflexionar como Iglesia sobre la importancia de la pastoral del adulto mayor. Esta fue la primera vez que en la Santa Sede se realiza organiza un congreso dedicado a las personas mayores, en el que han participado más de 550 expertos y trabajadores pastorales procedentes de 60 diferentes países.
Según ha expresado el Secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el padre Alexandre Awi Mello, se trata de una realidad que en algunos países ya existe, pues ante el hecho de que la población está cada vez mayor, la Iglesia «quiere dar su correspondiente respuesta».
Percibir la sabiduría de los ancianos
«La riqueza de los años» ha sido el título de este Primer congreso; un título con el que se ha pretendido dar a entender que «la edad no es algo negativo» y que «el tener muchos años de vida significa valorar este periodo de la vida y percibir que la sabiduría de los ancianos se debe transmitir» ha dicho el padre Awi. Recordando las tantas veces que el Papa ha dicho que los ancianos son las raíces de un pueblo, el padre Awi Mello explica que la Pastoral del adulto mayor «es una pastoral que quiere responder a la espiritualidad específica de esta edad donde muchos están todavía activos y pueden dar una respuesta como protagonistas de la evangelización de la Iglesia – dice – pero también muchos necesitan ser evangelizados». De hecho, dice, «ya no es tan evidente que los adultos mayores sean personas de fe».
No abandonar ni descartar a los ancianos
«Hay que tener cuidado de no dejar a los ancianos abandonados y descartados de la sociedad y la mejor forma de integrarlos es aquella que Dios creó que es tenerlos como parte de la familia». El Secretario del Dicasterio Vaticano explica que la Iglesia está llena de ancianos en sus filas y en muchos casos parece que se ha «acostumbrado» a que ellos están «están siempre ahí» y «no hay que hacer nada por ellos», pero esto «no debe ser así» – puntualiza – «ellos también pueden hacer mucho por los demás, por la evangelización y por la Iglesia».
Ser conscientes de esta realidad
Al final, el padre Awi invita a «concienciarnos de esta realidad que viven los ancianos», pues en esa sociedad tan individualista y secularizada «vemos como hijos ya no se interesan por sus padres porque ya no son productivos» y por tanto, concluye «son descartados».
Fuente: Vatican News