José M. Rojo G.*.- Al menos eso podríamos concluir a partir del evangelio de Mateo, al relatarnos la huida a Egipto y cómo al regreso no creyeron seguro quedarse por Judea y se instalaron en la aldea de Nazaret para evitar problemas…
Sin entrar a detalles de historicidad de esos hechos evangélicos, es bueno pensar que Jesús, el Salvador, pudo ser un bebé migrante como muchos hoy en nuestro mundo (acá en Lima todos podemos claramente identificar a los venezolanos en el mercado ambulante). Dos malas noticias esta vez para ese amplio colectivo que sufre toda inseguridad y riesgos.
1.- «¿Se acabó la caravana?
El futuro parece muy incierto para la caravana que llevó a varios miles de migrantes desde Centroamérica a la frontera con Estados Unidos, donde esperaban encontrar asilo político.
La caravana funcionó para protegerlos en su difícil camino, iniciado en Honduras el 12 de octubre. Pero, a las puertas de la «tierra prometida», no encuentran salida colectiva, y se ven condenados a buscar soluciones individuales:
o Saltar el muro a la desesperada, con pocas posibilidades de éxito.
o Contratar los encarecidos servicios de los «coyotes» para que los pasen.
o Instalarse en Tijuana y esperar que la situación se calme para intentar pasar ilegalmente más tarde.
o Solicitar asilo a las autoridades migratorias estadounidenses, proceso largo y de incierto resultado: Entre el 75% y el 80% de los que piden asilo terminan siendo rechazados.
o Retornar a sus países.
De hecho, ya se ha iniciado la dispersión: De los aproximadamente 7.000 que llegaron, ya hay menos de 1.000 en los albergues».
– ¿Cuántos intentarían en Egipto librarse de la esclavitud y no lo lograrían? Seguro que muchos!
2.- El aquarius deja de navegar
El barco Aquarius, operado por las ONGs Médicos sin Fronteras y SOS Méditerranée, que durante casi tres años evitó que murieran ahogadas unas 30.000 personas, termina su singladura, debido al «ensañamiento de una campaña política, judicial y administrativa», promovida por Italia y otros países europeos, para intentar criminalizar las misiones de búsqueda y rescate humanitarias, según denuncian las propias ONGs».
Al Aquarius se le retiró primero la bandera de Gibraltar y luego la de Panamá, con las que había navegado. Lleva dos meses amarrado en el puerto de Marsella, y recientemente magistrados italianos le acusaron de tirar ilegalmente residuos tóxicos en puertos del sur de Italia.
Pero las ONGs ya están buscando otra embarcación con nuevo pabellón para seguir con su misión de salvamento en 2019.
Todo ello ocurre cuando más de 2.100 personas han muerto en el Mediterráneo en lo que va de año, la mayoría de ellas salidas de Libia. ‘Europa no solo ha fracasado a la hora de dedicar una fuerza de búsqueda y rescate, sino que también ha saboteado activamente los intentos de otros para salvar vidas’, denuncian las ONGs».
– Una vez más ¿los «hijos de las tinieblas serán más astutos que los de la luz» y ganarán? Ojala no ocurra. Se lo pediremos con fuerza al Niño de Belén en el pesebre este año.
* José M. Rojo G., sacerdote, miembro de APC-SIGNIS Perú, colaborador de SIGNIS ALC