“El genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales” (Evangelii Gaudium, n.103. Papa Francisco, 2013).
A los 104 años de fecunda y fructífera vida, la Doctora Isabel Robalino Bolle regresó a la Casa del Buen Dios. Falleció en la convicción de que Dios le trajo al mundo con una misión que buscó realizar todos los días de su vida. Vivió hasta sus últimos momentos como una mujer luchadora, trabajadora, realizada y agradecida con Dios y con la vida.
Su padre, Don Luis Robalino Dávila, intelectual quiteño, historiador, miembro del Cuerpo diplomático del Ecuador. Su madre, Doña Elsbeth Bolle, alemana, con una fina sensibilidad que le hizo amar y servir al Ecuador con intensidad y entrega.
Desde su nacimiento, la Doctora Robalino tuvo una experiencia internacional y cosmopolita, nació en Barcelona-España en 1917, estudió en Bolivia, Brasil, Colombia, Francia, Italia, Alemania… el bachillerato en el Colegio Nacional Mejía le dejó huellas imborrables. Años después, se doctoró en Jurisprudencia en la Universidad Central del Ecuador.
Desde corta edad se vinculó con los Padres Dominicos, y por sus propias palabras, esta relación marcó toda su trayectoria espiritual, personal y social. Fue decisiva la práctica social y enseñanzas del Padre Inocencio Jácome O.P., fue parte de la Tercera Orden dominicana. Esencial en su vida diaria la Misa y el rezo de las oraciones litúrgicas.
Estando para egresar de la Universidad, el país vive sucesos trascendentales alrededor de la Revolución del 28 de mayo de 1944 y la joven Isabel Robalino aparece en el escenario político nacional, participando en la “toma del palacio presidencial”, que exigía la salida del presidente y el reemplazo por otro que represente los intereses nacionales.
Graduada como abogada se dedica al libre ejercicio, fue defensora de personas desamparadas y particularmente de trabajadores, campesinos, artesanos… Desde su experiencia laboral se convierte en promotora y capacitadora de la organización y sindicalización de los trabajadores. Estará presente y acompañará a los sindicalistas a la constitución de Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas (CEDOC) y posteriormente del Frente Único de Trabajadores (FUT).
Su amor y pasión por el Ecuador le movió, junto a personas con sus mismos ideales, a crear varias organizaciones comprometidas en la búsqueda de soluciones a los desafíos de cada momento, que afectaban a la estructura inequitativa de la sociedad y del Estado. Fue fundadora y presidió en diversos periodos el Instituto Ecuatoriano para la Investigación y Desarrollo Social (INEDES), la Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA), la Central Ecuatoriana de Servicios Urbanos (CESU), entre otros. Como académica e investigadora social, también fue por largos años docente de las Facultades de Derecho en las universidades Católica y Central de Quito.
Sin embargo, fue la Comisión Ecuatoriana de Justicia y Paz, de la que también fue cofundadora y presidenta, la que mejor expresa su búsqueda de una sociedad justa, libre y fraterna a la luz del Evangelio, tarea a la que dedicó toda su vida.
Su compromiso con el país, en los últimos años de su vida, lo plasmó en la lucha contra la corrupción y participó activamente en el colectivo social creado por numerosas organizaciones sociales: la Comisión Ecuatoriana de Lucha Contra la Corrupción, en la que militó hasta su muerte.
Para nuestra Comisión de Justicia y Paz, para el país entero, la Doctora Robalino es una digna representante y un gran ejemplo a seguir por todas las personas amantes de nuestra patria y que con su vida y su palabra, se han entregado a dignificarla y reconstruirla desde los valores humanos y cristianos. Su vida, su testimonio, su honestidad y transparencia, su obra y entrega desinteresada son un referente de humanismo y patriotismo sincero para los ecuatorianos en general, y los jóvenes en particular.
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Carta semanal de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz | Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe.