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Iglesia argentina conmemoró Día del Migrante y del Refugiado con una misa

La Argentina ha sido desde siempre tierra que recibió a migrantes de todas partes del mundo con cariño y perspectivas de futuro prometedor.

Las grandes corrientes migratorias provenientes de Europa en la década del 1880 y la segunda posterior a la Primera Guerra Mundial, poblaron nuestro suelo a la par que hermanos de países latinoamericanos hicieron de la Argentina su segunda patria: uruguayos, paraguayos, bolivianos, peruanos y, últimamente, una notable oleada de hermanos venezolanos.

El papa Francisco, en su mensaje por la 51º Jornada Mundial de la Paz 2018, eligió un título que invita a mirar con especial profundidad la problemática de quienes dejan sus países de origen por motivos diversos: «Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz».

En este mensaje, Francisco destacó «cuatro piedras angulares para la acción» en la estrategia de recepción de refugiados, inmigrantes y víctimas de trata de seres humanos: acoger, proteger, promover e integrar.

El 2 de septiembre la Iglesia argentina celebrará el Día del Migrante y del Refugiado. En este contexto, la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes invitó a una misa que se celebró el martes 28 de agosto en el Santuario Nuestra Señora Madre de los Emigrantes, del barrio porteño de La Boca.

El eje de la catequesis de la misa pivoteó sobre estas cuatro piedras angulares para la acción que se vieron reflejadas en los carteles elaborados por las distintas delegaciones –muy coloridas, vestidas con ropas típicas, portando banderas y estandartes– que participaron de la celebración, la mayoría alumnos del colegio Nuestra Señora de los Inmigrantes, y también por comunidades radicadas en distintos puntos del Gran Buenos Aires.

Los conceptos que resonaron en la eucaristía asumieron mirar la realidad de «peregrinos y migrantes» como «prójimos, cercanos a nuestras familias», evitando comentarios como «no son como nosotros», haciendo surgir «protección paternal» auténticamente «desde el corazón». Y tener siempre presente «el lugar de donde se ha venido».

La misa fue presidida por monseñor Hugo Salaberry SJ, obispo de Azul y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de Migrantes e Itinerantes, y concelebrada por más de 10 sacerdotes.

La Comisión Episcopal de Pastoral de Migrantes e Itinerantes lleva a cabo sus actividades a través de la Fundación Comisión Católica Argentina de Migraciones (Fccam). Para establecer contacto se sugiere escribir al siguiente correo electrónico mail@migracionesfccam.org.ar y consultar su página web.

Por Virginia Bonard- SIGNIS Argentina