Puerto Príncipe.- A 10 años de registrado el devastador terremoto que ocasionó miles de muertos y destruyó gran parte de Haití, el padre Renold Antoine, CSsR, dice que la «historia de Haití está dividida antes y después del terremoto. Una fecha inolvidable para todo el pueblo haitiano, ya que, en solo 35 segundos, gran parte del país ha experimentado la furia de la naturaleza por un terremoto que dejó más de 300,000 muertos y miles de heridos».
Al recordar el terremoto del 12 de enero de 2010, el padre Renold considera que el sismo «ha dejado muchas lecciones, sobre todo de que todos estamos en riesgo, y los sueños de bienestar de miles de familias pueden desaparecer en un minuto». Así recuerda en un reporte publicado por la agencia católica FIDES.
Para el sacerdote Redentorista, «la verdadera tragedia que conmociona a nuestro país, de manera extrema, es que nuestra sociedad enfrenta diariamente dramáticos escenarios de riesgo concentrados en algunos sectores de la población que han sufrido exclusión histórica, pobreza extrema, violencia, inseguridad alimentaria, corrupción, injusticia social. Este es el verdadero desastre en Haití: esa lección debería ser la contribución indeleble al dolor de tanta gente. A pesar de la naturaleza inclemente muchas veces con nosotros, y la corrupción generalizada que sacude al país, Haití también es un país que en su dolor todavía logra sonreír, lo que siempre ha enseñado resistencia, la capacidad de recuperarse y seguir adelante», dice.
El padre Renold recuerda que los misioneros redentoristas, «sufrimos de primera mano las consecuencias de la tragedia, cuando las dos casas principales que teníamos en Puerto Príncipe (el monasterio de San Gerardo y la casa de San Clemente). Al mismo tiempo, la iglesia parroquial de San Gerardo y la escuela parroquial con cientos de niños y maestros muertos colapsaron. Los cohermanos, por la gracia de Dios, estaban vivos, solo algunos heridos. Pero la imagen en las calles eran terribles: cuerpos apilados, heridos y escombros por todas partes. La Catedral de Puerto Príncipe, el palacio nacional, el Parlamento y muchas parroquias y centros educativos no han resistido al fuerte terremoto», señala.
En su relato, el Padre Renold compartió su oración para que «Nuestra Madre del Perpetuo Socorro, patrona de Haití, siempre nos ayude, para que algo así nunca vuelva a suceder».
Redacción de Evared, a partir del reporte publicado por la Agencia Fides