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Hacia las periferias: los obispos de la región Buenos Aires en misión

Buenos Aires.- Con informaciones muy precisas del portal lomense Eclesia, accedimos a conocer esta instancia de misión de los obispos de la Región Buenos Aires en la diócesis bonaerense de Gregorio de Laferrère del lunes 9 al jueves 12 de octubre.

Participarán la arquidiócesis de Buenos Aires y las 10 diócesis vecinas que conforman la regional: San Martín, San Isidro, Merlo-Moreno, San Miguel, Morón, Quilmes, Lomas de Zamora, San Justo, Avellaneda-Lanús y Gregorio de Laferrère.

Visitarán hospitales, cárceles, centros urbanos, estaciones de tren, parroquias y colegios de una diócesis que abarca los partidos de Cañuelas y dos tercios de La Matanza, e incluye las localidades de Gregorio de Laferrère, Isidro Casanova, Rafael Castillo, González Catán y Virrey del Pino.

La misión anual de los obispos de la Región Buenos Aires se enmarca en la propuesta de la “Misión continental” promovida por la Vª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe que se celebró en Aparecida, Brasil, en el 2007.

Desde el Obispado de Gregorio de Laferrere invitan a todos los agentes de pastoral a misionar y acompañar a los obispos (especialmente el lunes 9 y el jueves 12 en los centros urbanos y barrios).  Y ofrecen dos modos de conectarse: vía mail omplaferrere@gmail.com o Facebook: Omp Laferrere

ORACIÓN POR LA MISIÓN DE LOS OBISPOS

Señor, al recibir el pasomisionero de los obispos, sucesores de los Apóstoles, te pedimos que este regalo de la misión traiga luz y esperanza de vida a nuestras comunidades. Que confirmen nuestro caminar en comunión de caridad. Renueva en nosotros la Gracia de anunciar con alegría la Buena Nueva de la Salvación. Ayúdanos a ser junto a ellos, luz en medio de las tinieblas. Vida en medio de las sombras de la muerte. Danos la fortaleza del Espíritu para no bajar nunca los brazos y construir así, en medio de nuestros barrios, tu Reino de Amor, de Justicia y de Paz.
Bendice a los obispos de la Región Buenos Aires que comparten con nosotros sus dones. Haz que también ellos sientan las caricias de Dios por las manos de su Pueblo. Y danos la Gracia, por este paso misionero, de que muchos jóvenes, respondan generosamente a ese mismo llamado, seguir a Cristo al servicio de sus hermanos. Amén.

ENTREVISTA otorgada a SIGNIS ALC por monseñor Gabriel Barba, obispo de la diócesis de Gregorio de Laferrère, sede anfitriona de la misión de los obispos de la región Buenos Aires 2017.

“La urbe nos hace hermanos de camino”

Los obispos de la Región Buenos Aires misionarán en la diócesis de Gregorio de Laferrère del 9 al 12 de octubre. ¿Cómo prepara esta actividad desde su rol de obispo anfitrión? Y la diócesis en general, ¿cómo se involucra, qué espera?

Es un acontecimiento muy importante para nuestra comunidad Diocesana. En primer lugar nos preparamos rezando. Poniendo esto en manos de Dios, para que sea Él quien obre; por otra parte he buscado armar un equipo que, con eficiencia, organice los preparativos y abra la participación a todas las comunidades. Es una Misión para la Diócesis. Y toda Misión siempre es una Gracia que uno no sabe por dónde Dios va a actuar. Todos han sido invitados a prepararse rezando. Acompañando con la oración. A su vez, el equipo de Pastoral de la comunicación ha ido presentando a los “misioneros”, los obispos misioneros en el Facebook Diocesano, para ayudar a conocerlos, reconocerlos e instalando la alegría de la misión.

¿Interpreta usted que su vida espiritual y la de sus hermanos obispos se ve profundizada con esta experiencia?

No tengo dudas. Siempre es así con quien se anima a salir en misión. El misionero es misionado. El misionero es evangelizado. Se aprende permanentemente. Pero, por otra parte, esta misión tiene en nosotros un “plus” y es la convivencia entre nosotros los obispos. Tenemos en el tiempo de misión muchos espacios para compartir. Y esa es una gran riqueza interna que solo nosotros podemos ver y que fortalece nuestro mutuo conocimiento y por ende nuestros lazos de amistad y fraternidad. Eso a la larga, fortalece también los proyectos pastorales comunes. Profundiza nuestra espiritualidad y caminos de comunión.

Usted tiene un trayecto andado junto a la Pastoral Urbana de la Región. ¿Qué de aquello compartido en PUBA siente que revive en esta visita o se nutre de aquellas experiencias?

La Pastoral Urbana es un espacio de reflexión que nos ha enriquecido a muchos. Laicos, curas, consagrados, diáconos… y en estas acciones concretas se hace realidad la reflexión. Esta misión asume distintas realidades: zonas céntricas, barrios, cárceles, hospitales, colegios… la urbe nos hace hermanos de camino desde la diferencia de realidades y de historias. Eso nos lleva a pensar y repensar nuevas formas de evangelización que permita llegar a las distintas realidades. Hacer creativamente nuevo y actual el anuncio de la Buena Nueva de la Salvación. Es un desafío permanente. Que, como nos enseña Aparecida, nos obliga a cambiar estructuras caducas por nuevos espacios. No es fácil y muchas veces somos los de “adentro de la Iglesia” quienes más nos resistimos a lo nuevo. A lo distinto. A eso lo llamo: invitación a la conversión.

Al finalizar la visita, ¿tienen prevista a alguna declaración en común, un gesto hacia las comunidades que los distinga como obispos de la Región Buenos Aires en misión?

No hemos hablado hasta el momento de hacer ninguna declaración. Lo fuerte será la presencia. Estar, compartir, acompañar, anunciar. El gesto ES la misión. Eso es suficiente.

De su andar con sus hermanos obispos en otras visitas en misión a otras diócesis en años anteriores, ¿qué le impactó con fuerza en su recuerdo, qué le gustaría compartir como testimonio?

Es muy fuerte para la gente ver grupos de obispos, caminando juntos sus barrios, sus centros. Entrando a sus casas, visitando sus enfermos… Te cuento una anécdota que nos pasó misionando en la estación de tren de Lomas de Zamora. Éramos varios obispos, con alba y solideo, bendiciendo a la gente que se acercaba. En un momento se nos acerca una señora gratamente sorprendida por vernos allí y nos dice: “¿Son de verdad?”. Nos dio mucha risa porque esta mujer no podía creer que fuera cierto que varios obispos estuviéramos allí. Habría muchas anécdotas más, sobre todo en los lugares más marginales, en las cárceles o también en aquellas visitas donde palpamos la alegría de los enfermos postrados que nos recibían en sus casas…

Por último, ¿cómo es su diócesis, cómo es su gente?

La diócesis de Gregorio de Laferrère tiene los 2 tercios más pobres de La Matanza, más todo el partido de Cañuelas, una realidad totalmente distinta. Cuenta con un millón de habitantes. Siempre digo que estamos en el Conurbano más profundo. Con todo lo que eso significa. Con una población mayoritariamente pobre. Y, en medio de esa realidad, veo una Iglesia muy viva. Con mucha fe. Con mucha participación. Con ansias de Dios en sus corazones y con un gran deseo de formación. Otra realidad que no debo dejar de reconocer (y agradecer y cuidar) es que es una Diócesis con muchos jóvenes que, en medio de realidades muy duras,  luchan por sus valores y se comprometen por su fe. Siempre me llamó la atención el compromiso de nuestros jóvenes. Es una riqueza que hay que cuidar, valorar y acompañar. Un verdadero desafío. Doy gracias a Dios por el privilegio que me ha dado de, no solo ser obispo, sino ser obispo de este lugar.

Por Virginia Bonard, SIGNIS Argentina