Colombia (EVARED).- Luego de medio siglo de haber caído muerto en su primer enfrentamiento con el ejército regular, en 1966, las autoridades colombianas informaron sobre el hallazgo de una osamenta que podría pertenecer al sacerdote jesuita Camilo Torres Restrepo, guerrillero del entonces incipiente Ejército de Liberación Nacional (ELN). viejo miembro del ELN. Camilo Torres Restrepo, fue considerado uno de los pioneros de la Teología de la Liberación y una de las figuras emblemáticas de las luchas sociales en su país y en América Latina.
«Hemos exhumado restos que posiblemente correspondan al sacerdote Camilo Torres Restrepo», afirmó el doctor Carlos Valdés, director del estatal Instituto Nacional de Medicina Legal. La osamenta, indicó, fue sacada de una bóveda del cementerio municipal de Bucaramanga, capital del departamento de Santander, al noreste de Bogotá. Valdés no se atrevió a decir cuándo podría contarse con un resultado científico –en base a pruebas de ADN-– que le permita a la entidad establecer si el cadáver encontrado es el del cura guerrillero.
Documentos periodísticos e institucionales de la época llevaron al Instituto de Medicina Legal a esta exhumación. La búsqueda de los restos del otrora integrante del ELN fue ordenada recientemente por el presidente Juan Manuel Santos como «un gesto simbólico» de paz hacia esa organización alzada en armas, la segunda del país después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Camilo, como se conoce popularmente en Colombia al sacerdote, murió en un combate con el ejército regular en febrero de 1966. Desde entonces, nadie ha dado razón del sitio exacto donde fue inhumado. Los militares, que sí saben donde lo enterraron antes de trasladarlo como NN a una tumba colectiva de Bucaramanga, guardaron los detalles como el más preciado secreto de guerra. En realidad, como años después pasó en Bolivia con los restos de Ernesto Che Guevara, los militares temían que el lugar se convirtiera en un santuario que perpetuara el ejemplo del cura.
Figura pública ya antes del trágico combate por su militancia en el ala progresista de la Iglesia Católica, Camilo adhirió al ELN en 1965. Perdió la vida en su primer enfrentamiento con las tropas del Estado. En junio de 2014 –cuando ya hacía un año y medio que el gobierno y las FARC habían instalado una mesa para conversar sobre la paz– Santos y el ELN anunciaron que, con mediación de Ecuador, se encontraban en la fase exploratoria para eventualmente iniciar un proceso de diálogo similar al que la otra guerrilla desarrolla en La Habana desde noviembre de 2012.
«Es nuestro deseo para 2016 lograr avances en la paz de Colombia», sostuvo el ELN al tiempo que pidió que se indicara el sitio donde fue sepultado el sacerdote. «Camilo Torres es un símbolo, no sólo de la lucha guerrillera sino de la lucha social, de la lucha política, de la lucha por la unidad del pueblo», dijo ayer el periodista Carlos Lozano, director del semanario comunista Voz citado por la AP.
Fuente: Caminos Religiosos