“Es urgente encontrar nuevos caminos que puedan ir más allá del marco de aquellas políticas sociales «concebidas como una política hacia los pobres, pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos inserta en un proyecto que reunifique a los pueblos» (Carta enc. Fratelli tutti, 169). En cambio, es necesario tender a asumir la actitud del Apóstol que podía escribir a los corintios: «No se trata de que ustedes sufran necesidad para que otros vivan en la abundancia, sino de que haya igualdad» (2 Co 8,13)”. Papa Francisco, 2022.
La encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco enseña que tenemos dignidad, y debemos ser amados y respetados como hermanos, condenando la inequidad social, la exclusión y toda forma de explotación que reduce al ser humano en un instrumento para el ilícito enriquecimiento de otros. La Laudato Si señala que la naturaleza es un reflejo de la creación que debe ser respetada, condenando su destrucción por la búsqueda de la ganancia económica. Las encíclicas tienen inspiración ecuménica y buscan el diálogo con otras iglesias.
El Consejo Mundial de Iglesias y la Federación Luterana Mundial, que representan a cientos de millones de creyentes, han dirigido una carta a los presidentes de los 20 países más ricos del mundo, reunidos en Bali, recordándoles que vivimos en una crisis planetaria con graves consecuencias sociales, ambientales y económicas.
La carta advierte que el crecimiento económico de los países más ricos no ha conllevado la disminución de la inequidad social. La exclusión racial, religiosa, de género y social ha profundizado los conflictos entre naciones y al interior de ellas. La guerra en Ucrania ha creado una escasez de alimentos que puede desencadenar una crisis social mundial.
La naturaleza está sometida a una intensiva destrucción, con extinción masiva de especies, el cambio climático y grandes desastres como sequías, huracanes e inundaciones. Es impostergable la rápida reducción en el consumo de petróleo, gas y carbón para evitar una inminente catástrofe planetaria.
La crisis económica, agravada por la pandemia y la guerra, está creando una situación insostenible para los países pobres y otras economías en desarrollo, que muy difícilmente podrán pagar sus deudas internacionales.
Es fundamental emprender un programa de cancelación y descuentos a las deudas de los países en desarrollo, en particular los más pobres, que puede incluir canjes de deuda por conservación.
Es imperioso un profundo cambio social, que de protección a los más vulnerables, con adecuados servicios de educación, salud y vivienda, proteja la agricultura sustentable y cree empleos con dignidad. “Las enormes diferencias entre los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, pueden reducirse aumentando los impuestos a los más ricos, creando recursos que permitan atender a los más excluidos, respetar el derecho de las generaciones futuras a un mundo digno, y preservar el ambiente, deteniendo la destrucción de bosques y la emisión de gases” (Papa Francisco).
Las ideas de justicia, amor, solidaridad, respeto a la naturaleza y a la dignidad humana pueden inspirar una sociedad más justa y sostenible, dejando atrás la búsqueda irrestricta de ganancia y el crecimiento económico como los principios de la actual sociedad.
Muchas iglesias cristianas comparten y promueven principios semejantes a los que han inspirado el pensamiento del Papa Francisco, como lo muestra la carta dirigida a los líderes mundiales por el Consejo Mundial de Iglesias y otras agrupaciones. El acercamiento ecuménico basado en las enseñanzas del evangelio y el ejemplo de Cristo es alentador y nos llena de esperanza, hacia un mundo de paz y justicia.
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CON LOS OJOS FIJOS EN ÉL, en la realidad y en la fe
Carta semanal de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz No. 159
20 de noviembre 2022