Huancayo, Perú. – “La Iglesia reconoce el legítimo derecho a la protesta, amparado en nuestra Constitución Política (Artículo 2), y condenamos la violencia expresada en el bloqueo de carreteras porque impide el libre tránsito de personas y el transporte de alimentos”. Así afirma el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, en un mensaje titulado «El diálogo y la prevención de conflictos son el camino hacia el bien común».
El pronunciamiento se hizo público el sábado 2 de abril, tras los actos de violencia registrados en Huancayo, departamento de Junín, en la región central del país, en el marco del quinto día del paro nacional indefinido de transportistas de carga pesada y agricultores, en protesta por el incremento del precio de los combustibles y de productos agrícolas.
El viernes 1 de abril se desató la violencia en Huancayo, con saqueos y agresiones en varios puntos de la ciudad. Los negocios se vieron obligados a cerrar, así como los principales mercados, tras recibir ataques con piedras. El edificio del gobierno provincial también fue atacado, y hubo enfrentamientos con la policía. El balance es de tres muertos, entre ellos un menor, y 22 detenidos.
El sábado 2 de abril por la tarde, representantes de los sindicatos y del gobierno, que viajaron a Huancayo, acordaron la suspensión de las protestas. La mayoría de los trabajadores del transporte firmaron el acuerdo, otros sectores se opusieron, como el sindicato de agricultores, que dio al gobierno cinco días para responder a sus demandas. Ayer, domingo 3 de abril, el gobierno de Perú emitió una norma que exime temporalmente del impuesto a los combustibles. Además, está previsto que el 7 de abril se celebre en Junín una sesión descentralizada del Consejo de Ministros.
En su mensaje del 2 de abril, el arzobispo Miguel Cabrejos Vidarte hizo un llamamiento a “rechazar el uso de la violencia, venga de donde venga, y a promover el diálogo”. Y subraya: “compartimos las preocupaciones de la población por el incremento desmedido de los precios de los alimentos de primera necesidad, causado por el alza internacional del precio del petróleo (Guerra en Ucrania), pero también por factores nacionales como la inestabilidad política”.
Por último, recordando que los conflictos sociales y los consiguientes brotes de violencia son una constante en el país, pide que se actúe de forma preventiva y no como reacción. “Esperamos la identificación oportuna de controversias permita evitar hechos de violencia como los que hemos visto durante esta semana en diversas partes del país” concluye Monseñor Cabrejos Vidarte, que pide la ayuda de Jesucristo, “Dios de la vida y la paz”, en la búsqueda de caminos de entendimiento y respeto.
Fuente: Agencia FIDES