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21 septiembre 2021

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Ecuador y el FMI

Ecuador y el FMI

“… la pandemia, sin embargo, nos ha recordado una vez más que nadie se salva solo.  Si queremos salir de esta situación como un mundo mejor, más humano y solidario, hay que idear formas nuevas y creativas de participación social, política y económica, sensibles a la voz de los pobres y comprometidas con su inclusión en la construcción de nuestro futuro común».  (Francisco en cf. Fratelli Tutti, 169).

 

La relación entre el Gobierno Nacional y el Fondo Monetario Internacional – FMI arrancó en 1957, bajo el Gobierno de Camilo Ponce Enríquez. Desde entonces, las reiteradas crisis económicas que ha enfrentado el Ecuador le han llevado a acudir al FMI y a otras instituciones de financiamiento internacional como el BID, la CAF, el BIRF y también al gobierno y la banca China.

 

Entre 1961 y 1972, el Ecuador suscribió 9 acuerdos con el FMI, con algunos condicionamientos, que no alcanzaron la profundidad ni la significación de las 16 cartas de intención suscritas entre 1983 y 2003.

 

El acuerdo técnico cerrado entre el gobierno nacional y el FMI el 8 de septiembre de 2021, ha vuelto a poner en la mesa de discusión el papel del Organismo Multilateral, considerado como ente condicionante en la adopción de las políticas nacionales. Al respecto hay que aclarar que el acuerdo logrado con el FMI no es nuevo, es una revisión del gobierno actual sobre el programa negociado y suscrito por el expresidente Moreno en 2019, que contemplaba un préstamo total de USD 6.500 millones, de los cuales 4.000 ya fueron desembolsados. Los restantes 2.500 millones se harán hasta el 2022.

 

La oposición discrepa de este acuerdo y hace referencia a los condicionamientos, que muchas veces perjudican a los sectores más vulnerables a cambio de los desembolsos, sin embargo, vale recordar que la relación se sustenta en que el Ecuador es suscriptor de esta organización, al igual que 190 países del mundo.

 

El FMI fue creado como solución a las devastadoras consecuencias de la II Guerra Mundial. Su objetivo central: evitar crisis en la economía de los países miembros para lo cual hace recomendaciones sobre la adopción de medidas de política económica que permitan afrontar situaciones emergentes.

 

Al Ecuador, este apoyo financiero le ha permitido solventar parte del flujo de dinero requerido para enfrentar las crisis generadas por el irresponsable manejo económico de los gobiernos de turno, sin cumplir su planificación ni los gastos comprometidos en el presupuesto del Estado. Los préstamos concedidos por China oscilan alrededor del 9% y las tasas cobradas por el FMI no superan el 4%.

 

Ecuador, como la región y el mundo, atraviesa una severa crisis económica, social y ética, agudizada cruelmente por la pandemia y cuyas consecuencias más visibles son el enorme déficit fiscal y el alto desempleo que incrementan la pobreza, la indigencia y la carencia de vida digna.  Esta realidad exige practicidad en el manejo económico, lo cual supone adoptar medidas que controlen estos problemas, tales como austeridad total en el gasto y políticas públicas que favorezcan la inversión y la producción. Debemos entender el verdadero problema e ir más allá del discurso estéril, de la politización de la economía y la estigmatización de instituciones y/o acciones que tratan de corregir los problemas.

 

Hay que despojarse de intereses mezquinos y trabajar porque “Un elemento central del desarrollo justo e integrado es tener muy en claro el objetivo esencial y el propósito de la vida económica, a saber, el bien común universal. De ello se desprende que el dinero público no puede nunca disociarse del bien común, y que los mercados financieros deben estar respaldados por leyes y regulaciones orientadas a garantizar que contribuyan verdaderamente al bien común”.  (Papa Francisco al FMI, abril 2021)·


 

Carta No. 98 – 19 de septiembre 2021, de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz | Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe