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SIGNIS ALC

14 noviembre 2022

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Ecuador se Desangra

Ecuador se Desangra

«Los (as) hombres y las mujeres mafiosos: ¡Por favor, cambien de vida, conviértanse, deténganse, dejen de hacer el mal! Y nosotros rezamos por ustedes. (…)  Esta vida que viven ahora, no les dará placer, no les dará alegría, no les dará felicidad. El poder, el dinero que tienen ahora de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos, es dinero ensangrentado, es poder ensangrentado, y no se lo podrán llevar a la otra vida. Conviértanse, todavía hay tiempo, para no acabar en el infierno. Es lo que les espera si siguen por este camino. Ustedes han tenido un papá y una mamá, piensen en ellos. Lloren un poco y conviértanse» Papa Francisco, 2014.

 

El impresionante número de muertos en las cárceles, que ya sobrepasan los 500 en los dos últimos años debido al enfrentamientos entre bandas ligadas al narcotráfico, el aumento de crímenes en las calles -muchos por sicariato-, e incremento de homicidios, actualmente en 34 por cada cien mil habitantes -cuando hace un año apenas llegaban a 18-, los incontables asaltos en los espacios públicos, viviendas y comercios… han roto la paz social.  Actos de violencia que muchas veces no se denuncian por desconfiar de la justicia o dudar de la acción de las fuerzas de seguridad.

 

La cotidiana información sobre crímenes aterradores, cadáveres decapitados y miembros cercenados, cuerpos colgados en los puentes o arrojados en quebradas, tienen a la ciudadanía sumida en el miedo, presa del terror, del dolor y de la indignación, ante una realidad nunca antes vista ni vivida.
Ante tan cruda y dolorosa realidad, la sociedad se siente impotente e indefensa.  Las organizaciones criminales han sobrepasado a las fuerzas del orden, que, por la falta de equipamiento, entrenamiento y tecnología apropiadas y efectivas, además de estar limitadas legalmente para combatir con fuerza al crimen organizado, al sicariato, a las ‘vacunas’, a los asaltos, a los secuestros y a todo género de violencia que impera en el país, tienen carencias para responder con eficacia a esta nueva realidad.

 

El Gobierno, desconcertado ante los brotes de violencia, carecía de estrategias y tácticas para frenarla, mientras los delincuentes se armaban y organizaban.  Además, muchos fiscales y jueces tienen parte en este caos al dejar libres a varios prontuariados.  Hoy, que las cosas han tomado fuerza e insospechables rumbos, toda medida, esfuerzo y empeño resulta insuficiente para enfrentar al crimen organizado, a las mafias y cárteles que se han apoderado del país, mientras la pobreza e inequidad afecta a más población.

 

Frente a esta violencia imparable que está apropiándose de la sociedad, los Obispos ecuatorianos exhortan a seguir adelante, a no dejarse vencer por el miedo «cuando está en riesgo el futuro de la patria, cuando se busca sembrar la muerte y el caos, cuando se atacan nuestros valores comunes, es necesario una mayor dosis de valentía para no hacer el juego a protervos intereses» señalaron en su más reciente comunicado.  Por su parte el Papa Francisco indica que “Cuando falta la seguridad y la legalidad, los primeros perjudicados son en realidad los más frágiles y todos aquellos que de diversas maneras pueden llamarse ‘últimos’.  Todos estos son los esclavos modernos sobre los que se construyen las economías mafiosas».

 

Ante esta realidad que carcome al país, es necesario que reaccionemos como sociedad, no podemos ser indiferentes ante tanta violencia ni mirar hacia otro lado, rogando que no nos ocurra a nosotros o a nuestros allegados.  Es necesario un compromiso ciudadano para que, junto con las autoridades, enfrentemos con efectividad y eficacia este cáncer, que, si no lo paramos, nos terminará destruyendo…

 

«Es hora de la unión nacional, de reconstruir el pacto social que nos une y combatir ese enemigo común que es el crimen organizado, el tráfico de drogas, la delincuencia, la inseguridad, que buscan destruir el tesoro más valioso que tenemos, nuestros niños y jóvenes y que encuentran terreno fértil en una sociedad en que lastimosamente la pobreza y la desigualdad parecen no tener fin» piden los Obispos del Ecuador, así “La Paz Triunfará” sin duda, y con esa esperanza, debemos empeñarnos en reconstruir nuestro país.

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CON LOS OJOS FIJOS EN ÉL, en la realidad y en la fe

Carta semanal de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz No. 158

13 de noviembre 2022