Frei Betto*.- Los partidos considerados de izquierda fueron los grandes derrotados en las elecciones municipales de octubre del 2016. El PT, PSOL, PCdoB y otras agrupaciones menos conocidas tuvieron un resultado mezquino.
Las causas son conocidas: las contradicciones del gobierno del PT, que intentó conciliar políticas sociales con un ajuste fiscal neoliberal; las denuncias del Lava Jato, que llevó a la cárcel a varios líderes del PT; la falta de trabajo de base, lo que hizo enfriar a la militancia y dificultar la movilización popular; la acelerada expansión del desempleo en todo el país; y las alianzas electoreras que le quitaron el marchamo de «izquierda» a las candidaturas.
Señalar entre las causas la ofensiva de los grandes medios es pura tautología. Estamos en el capitalismo y sería una rareza que los poderosos medios de comunicación no fueran portavoces de sus intereses.
La cuestión es otra: ¿por qué el PT, en trece años de gobierno, no dio pasos en dirección a la democratización de los medios? ¿Por qué no hizo la reforma política, omisión de la cual ahora es víctima?
Ya no es hora de poner las barbas en remojo. Es hora de reconocer los errores, de arremangase y de buscar un programa mínimo capaz de aglutinar a las fuerzas de izquierda. Volver al trabajo de base, promover la alfabetización política, fortalecer los movimientos sociales y sindicales.
La izquierda brasileña necesita tener claridad acerca de sus objetivos prioritarios, como sucedió al combatir la dictadura de Vargas; al defender el monopolio estatal del petróleo; al luchar contra la dictadura militar; al movilizar a la nación en pro de las Directas Ya y por el enjuiciamiento de Collor; y al elegir a Lula Presidente en el 2002.
Será una tragedia si la izquierda se pierde en la lucha por la hegemonía en un eventual frente amplio brasileño o jugar todas sus cartas a una posible recuperación electoral en el 2018.
La cuestión no es volver a gobernar sino cómo minar las bases del poder actual. Para lo cual sólo hay dos vías: la del «asalto al Palacio de Invierno», descartada por la actual coyuntura, o la creación de una amplia red de poderes populares, como iniciativas de economía solidaria, grupos de arte, equipos de educación popular, movimientos religiosos libertarios, etc.
Hay que anticipar, en la base popular, lo que pretendemos y entendemos al hablar de socialismo.
….
* Frei Betto es escritor, autor de «Fidel y la religión», entre otros libros.