Este 22 de enero, tendrá lugar la ceremonia de beatificación del sacerdote salvadoreño Rutilio Grande.
El Cardenal Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador, presidirá el acto, que se llevará a cabo en la Plaza Divino Salvador del Mundo de San Salvador, a las 17:00. En ese lugar, el 23 de mayo de 2015, se beatificó también a Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Se espera que concelebren 25 obispos y 600 sacerdotes, y que asistan al menos 5.000 representantes de todas las parroquias, respetando todas las medidas de bioseguridad y distancia.
El rito de beatificación de mártires de El Salvador se transmitirá por la televisión católica TVCa y las redes sociales. También, se instalarán pantallas gigantes en todas las parroquias.
La Conferencia Episcopal de El Salvador organizó una colecta para financiar la ceremonia.
Escuadrones de la muerte acabaron con la vida del sacerdote, el 12 de marzo de 1977, mientras se movilizaba en un vehículo, en El Paisnal, al norte de San Salvador.
También se canonizará a los laicos Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, asesinados también en la emboscada.
Quién fue Rutilio Grande
El Padre «Tilo», como era conocido, nació el 5 de julio de 1928 en El Paisnal, El Salvador. Tras pasar por el Seminario, entró en la Compañía de Jesús el 5 de septiembre de 1945.
Se formó en Venezuela, Ecuador, España y Bélgica. Fue ordenado el 30 de julio de 1959 en Oña (España). Trabajó unos veinte años en la formación del clero diocesano salvadoreño en una forma de acompañamiento que invitaba a los seminaristas a la libertad interior, entrenándolos para que estuvieran al servicio del pueblo y promoviendo el espíritu del Vaticano II. En 1970, viendo que no tenía la confianza del episcopado, se dedicó íntegramente al trabajo pastoral en su región natal.
Según la Arquidiócesis de San Salvador, la labor pastoral «concientizadora y profética de Grande, no bien vista por los poderosos, y que despertaba la conciencia de los campesinos», conllevó a su asesinato. Fue el primer homicidio de un obispo, previo a la guerra civil que se desencadenó más adelante.
El crimen supuso un punto de inflexión en la «conversión» del arzobispo Monseñor Romero, amigo personal de Grande. Este último fue asesinado tres años después, mientras celebraba la Eucaristía en la capital salvadoreña. La Santa Sede reconoció que ambas muertes se produjeron «por odio a la fe».
El teólogo nicaragüense Rodolfo Cardenal, citado por Vatican News, medio oficial de la Santa Sede, afirma que “el futuro beato Rutilio Grande será siempre un referente en la lucha por la justicia y por los derechos humanos en El Salvador”.
Cosme Spessotto, el cuarto mártir
Además de los mártires Grande, Solórzano y Lemus, también se beatificará al sacerdote italiano Cosme Spessotto, asesinado menos de tres meses después que Monseñor Romero.
El martirio tuvo lugar el 14 de junio de 1980, mientras el sacerdote rezaba frente al altar mayor de la iglesia de San Juan Nonualco, en La Paz. Durante aquellos días, el país ya atravesaba un conflicto armado, que dejó 75.000 muertos y más de 8.000 desaparecidos, entre 1980 y 1992.
Se lo recuerda como un cura muy cercano a la gente, que denunciaba las injusticias y no se amedrentaba ante las amenazas.
Cuando se generalizó la violencia, era usual que Spessotto recogiera los cadáveres abandonados en las cunetas y los enterrara, sin distinción.
Fuentes: Agenzia Fides, Voz de la Diáspora, Ecclesia y Jesuitas.es.