El arzobispo de Porto Velho, en el Estado de Roraima, Brasil, Dom Roque Paloschi, enfrenta permanentes ataques en represalia a sus denuncias de violaciones de los derechos de los pueblos indígenas. Dom Roque, que también es presidente del Consejo Misionero Indígena (Cimi) la situación se ha agravado durante los últimos los últimos cuatro años del gobierno de Jair Bolsonaro.
En una entrevista realizada por Elizabeth Oliveira, publicada por el portal Mongabay, el 29 de noviembre de 2022, y reproducida por el sitio IHU Unisinos, ha reconocido que vivir en la Amazonía defendiendo la agenda socioambiental siempre ha implicado muchos riesgos, pero que en los últimos años la situación se ha agravado.
Según un informe del Consejo Indigenista Misionero, Cimi, en 2021 se registraron 355 casos de violencia contra indígenas, la cifra más alta desde 2013.
En la denuncia se señala que Dom Roque Paloschi es sujeto de presiones e intimidaciones incluso durante las celebraciones de sus misas, por lo que, como líder religioso enfrenta un doble desafío por su compromiso en la defensa de los derechos indígenas en escenarios en los que avanza la degradación ambiental y violencia contra las comunidades tradicionales en la Amazonía.
Además de ser presidente del Consejo Misionero Indígena (Cimi), organismo de la Iglesia católica vinculado a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), desde 2015 es arzobispo de Porto Velho, capital del estado de Rondônia, una de las regiones más deforestadas y presionadas de la región, también actúa como secretario de la Red Eclesial Panamazónica (Repam-Brasil).
En el artículo de Elizabeth Oliveira se destaca que los desafíos experimentados desde hace algún tiempo por Dom Paloschi cobraron ilustración pedagógica frente a los más recientes episodios de intimidación sufridos por el arzobispo de Aparecida (São Paulo), Dom Orlando Brandes, el 12 de octubre. Celebró una misa en honor a Nuestra Señora Aparecida, patrona de Brasil y, como es costumbre en esta fecha religiosa de trascendencia nacional, reflexionó sobre los desafíos que impactan a las poblaciones más vulnerables. Dado el contexto actual, también llamó la atención de los fieles sobre el aumento de la violencia en el país.
La diferencia es que a los festejos de este año asistieron el presidente Jair Bolsonaro, además de otros miembros de su gobierno, y también estuvieron acompañados de numerosos seguidores, que protagonizaron escenas de desacato religioso y agresiones a periodistas. No les gustaron las críticas escuchadas durante el sermón del arzobispo, entre ellas, que “una patria querida no es una patria armada”, una referencia a la consigna del gobierno y la defensa de las armas de la población civil, que ha crecido bajo la actual administración federal. El Arzobispo de Aparecida también defendió los derechos de las poblaciones negras e indígenas y combatió las campañas de odio y desinformación. Desde entonces, han aumentado los reportes de ataques sufridos por varios líderes religiosos en el país.
La entrevista de Dom Roque con Mongabay se produjo antes del 12 de octubre, pero muchos detalles de su informe sobre las presiones cotidianas, como el intento de restringir sus mensajes durante las misas y los ataques que sufrió en las redes sociales por sus posiciones críticas, tienen similitudes con los problemas que otros religiosos se enfrentan en el actual escenario de inestabilidad y polarización política en Brasil.
Defender la Amazonía implica riesgos
El presidente del Cimi relata que sufre innumerables intimidaciones en Rondônia, con actitudes y pronunciamientos que dejan en claro la intención de los provocadores de causar presión emocional y psicológica. Cada misa celebrada y otros compromisos religiosos asumidos han planteado desafíos para este líder religioso de Rio Grande do Sul, graduado en Filosofía por la Universidad Católica de Pelotas y en Teología por la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul.
La situación no es diferente a los dilemas que enfrentó en Roraima, como obispo en Boa Vista entre 2005 y 2015, pero recientemente ha cobrado repercusiones más preocupantes, según su evaluación.
“Vivimos en esta región y estamos marcados por actitudes de quienes están en contra no solo de la cuestión indígena, sino de la cuestión de los derechos de los pobres. Vivimos impulsados por esta economía de destrucción y los pueblos tradicionales no son vistos como sujetos, sino simplemente como obstáculos al llamado desarrollo”, dice Dom Roque.
Las presiones diarias que sufre el arzobispo de Porto Velho son el resultado de sus posiciones críticas. Ha liderado denuncias por violaciones de derechos contra pueblos y territorios indígenas en las asambleas de la CNBB en 2017, 2018 y 2019. También se ha posicionado en otros foros nacionales e internacionales, incluido el Vaticano, donde ya compartió el problema con el Papa Francisco en compañía de otros obispos activos en la Amazonía.
Más detalles de la entrevista se pueden revisar en el sitio de IHU Unisinos (en portugués)