«El camino hacia la paz no implica homogeneizar la sociedad, pero sí nos permite trabajar juntos. Puede unir a muchos en pos de búsquedas comunes donde todos ganan. Frente a un determinado objetivo común, se podrán aportar diferentes propuestas técnicas, distintas experiencias, y trabajar por el bien común. Es necesario tratar de identificar bien los problemas que atraviesa una sociedad para aceptar que existen diferentes maneras de mirar las dificultades y de resolverlas» Papa Francisco, 2020, Fratelli Tutti, 228.
En las negociaciones entre las organizaciones indígenas y el gobierno se encontraron culturas diferentes, con situaciones socioeconómicas abismalmente contrarias, en donde la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), por pedido directo de las partes, actuó como mediadora de esta histórica gesta basada en el diálogo, en donde se reconoció que se puede rescatar lo esencial, superando los prejuicios generados por las movilizaciones de octubre de 2019 y junio de 2022, que exigen atención a la situación de abandono en que viven los pueblos indígenas y marginales urbanos.
La mediación de la CEE en todo el proceso fue vital para que se desarrollen las negociaciones de manera eficaz. No solo proporcionó el espacio físico, sino que su respaldo ético y moral permitió que sea abierto, frontal, sincero, honesto, transparente, sin aspavientos ni cálculos politiqueros ni protagonismos fatuos.
También jugaron un papel preponderante las universidades: Católica, Salesiana y Central al poner al servicio de este diálogo a sus mejores docentes, que con conocimiento y sabiduría encaminaron metodológicamente las diferentes mesas de trabajo, facilitando todo el proceso en medio de la pluralidad de visiones y la complejidad que implicaba encontrar acuerdos.
Un «Diálogo con resultados» fue el desafío planteado y que había que conseguirlo en 90 días. Desde luego que hubo fricciones y desencuentros, por decir lo menos, a veces parecía que se estancaban y se veía muy complicado encontrar acuerdos como en el caso de los subsidios a los combustibles. Sin embargo, pese a que, en ciertos momentos, se agotaban todos los esfuerzos para proseguir, la voluntad y la decisión política de las partes para encontrar los puentes que permitan unir las visiones opuestas, permitieron zanjar muchos obstáculos y llegar a acuerdos y a desacuerdos.
Este diálogo se convirtió en una escuela de aprendizaje, no solo para las partes involucradas, sino para todos los ecuatorianos, por este medio, se puede construir país, se vencen intereses personales o partidistas, se antepone el bien común, es así que se pueden conocer y reconocer las posibilidades y limitaciones que tienen los sectores populares y el gobierno, Además ha permitido adentrarse en realidades que eran desconocidas e ignoradas por los sectores en ‘conflicto’.
Al parecer de algunos, los resultados de este diálogo: los acuerdos y desacuerdos conseguidos benefician solo a los indígenas, es pertinente señalar que favorecerá a toda la población ecuatoriana, inclusive al mismo gobierno, al convertirse en su agenda de trabajo, que debe, sin dilaciones, llevarla a la práctica y hacerla realidad; de allí la importancia del seguimiento y de la evaluación del avance de cada uno de los 208 acuerdos logrados en las 10 mesas de trabajo y en buscar los caminos para que los desacuerdos se conviertan en acuerdos.
«El esfuerzo duro por superar lo que nos divide sin perder la identidad de cada uno, supone que en todos permanezca vivo un sentimiento básico de pertenencia. Porque «nuestra sociedad gana cuando cada persona, cada grupo social, se siente verdaderamente en casa. En una familia, los padres, los abuelos, los hijos son de casa; ninguno está excluido. Si uno tiene una dificultad, incluso grave, aunque se la haya buscado él, los demás acuden en su ayuda, lo apoyan; su dolor es de todos. […]» propone el Papa Francisco en la Fratelli Tutti (230), para aunar esfuerzos y encontrar la unidad en medio de la diversidad y de esta manera superar adversidades y encontrar acuerdo que permitan construir un país próspero y solidario, además de justo y en paz.
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Carta semanal de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz | CON LOS OJOS FIJOS EN ÉL en la realidad y en la fe
Carta No. 155 – 23 octubre 2022