Durante la última actividad de su viaje apostólico a Malta, la tarde de este domingo 3 de abril, en el encuentro con los migrantes, el papa Francisco hizo un llamado al mundo a mirar a las personas «no como números», sino como «hermanos y hermanas». El Pontífice también recordó que para salvarnos de «nuestro naufragio como civilización» la clave está en comportarnos con más humanidad, evitando caer «en la trampa» de la indiferencia ante quienes sufren «la herida» de la crisis migratoria.
El encuentro con el grupo de migrantes tuvo lugar en el Centro Juan XXIII Peace Lab, ubicado en el vecindario maltés de Hal Far.
Tras agradecer al padre Dionisio, director del centro y a dos migrantes, Daniel y a Siriman, que compartieron sus testimonios en representación de todos los que se ven obligados a dejar su patria; Francisco les expresó nuevamente su cercanía:
«Desde el día que fui a Lampedusa, nunca los he olvidado. Los llevo siempre en el corazón y están siempre presentes en mis oraciones», aseveró.
Malta sea un puerto seguro para los migrantes
En alusión al lema de su viaje a Malta, expresó que «Nos mostraron una cordialidad fuera de lo común» (28,2), una cita de los Hechos de los Apóstoles que narra como los malteses acogieron al apóstol Pablo y a todos los que habían naufragado junto con él cerca de la isla; el Pontífice manifestó su deseo de que Malta «siempre trate de este modo a cuantos llegan a sus costas», de manera que realmente sea para ellos un “puerto seguro”.
Observando la grave crisis migratoria que vive la humanidad, el Papa recordó que actualmente una «gran cantidad de hombres, mujeres y niños han vivido durante estos años una experiencia de naufragio en el Mediterráneo» y lamentablemente para muchos de ellos ha sido trágica.
Mirar a las personas como hermanos, no como números
El Santo Padre profundizó aún más sobre este punto hablando del fenómeno que podríamos calificar como el naufragio de la civilización, «que amenaza -puntualizó- no sólo con hundir a los refugiados, sino a todos nosotros» y por tanto, para salvarnos propuso un camino concreto: comportarnos con humanidad.
En este sentido, para Francisco es fundamental que aprendamos a mirar a las personas no como números, sino como lo que son, es decir, «rostros, historias, sencillamente hombres y mujeres, hermanos y hermanas», pensando «que en el lugar de esa persona que veo en una embarcación o en el mar, a través de la televisión o de una foto, podría estar yo, o mi hijo, o mi hija».
La herida de migrar y la complicidad de las autoridades
Asimismo, volviendo a los testimonios compartidos por algunos migrantes durante este encuentro, el Santo Padre dirigió su pensamiento y oración hacia «miles de personas que en estos últimos días se han visto forzadas a huir de Ucrania a causa de la guerra» y también hacia todos aquellos que, buscando un lugar seguro, «se han visto obligados a dejar la propia casa y la propia tierra en Asia, en África y en las Américas». Una realidad que a veces – indicó Francisco- se desarrolla con la complicidad de las autoridades.
Más detalles de este encuentro con los migrantes se puede revisar en el sitio web de Vatican News
Fuente: Vatican News