“Los dotes de delicadeza, peculiar sensibilidad y ternura, que abundantemente tiene el alma femenina, representan no sólo una genuina fuerza para la vida de las familias, para la irradiación de un clima de serenidad y de armonía, sino una realidad sin la cual la vocación humana sería irrealizable. Esto es importante. Sin estas actitudes, sin estos dotes de la mujer, la vocación humana no puede realizarse”” (Papa Francisco, 2014).
Cada 8 de marzo celebramos el “Día Internacional de la Mujer”, que surgió de las actividades de los movimientos obreros a finales del siglo XX en América del Norte y Europa. Es un día de reivindicación, de lucha, de esperanza, cambio, reconocimiento y trascendencia. El creciente movimiento internacional de las mujeres, fortalecido por cuatro conferencias mundiales de las Naciones Unidas sobre la mujer, ha incrementado el apoyo a los derechos y a la participación de las mujeres en las esferas política, económica, cultural, ambiental… El tema de este año es “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, que reconoce la contribución de las mujeres de todo el mundo, que están liderando los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible para todas las personas.
A lo largo de los años la mujer ha demostrado su enorme importancia y valía, enfrentando retos en diferentes espacios de la sociedad, venciendo adversidades, enfrentando el machismo, sufriendo violencia y discriminación. Sin embargo, a pesar de su lucha constante, sus derechos siguen siendo limitados y violentados, convirtiéndose en víctima de la desigualdad, la precariedad, el empobrecimiento, la explotación, la exclusión…
El reclamo por la dura situación que viven millones de mujeres ha motivado y consolidado posiciones muy fuertes en grupos que reclaman y exigen derechos y defienden la igualdad de oportunidades. Aunque se reconoce que hombres y mujeres somos diferentes, física y psicológicamente, y que somos complementarios, por lo que cada uno debe tener derechos, obligaciones y responsabilidades en igualdad de condiciones, la realidad presenta tremendas desigualdades.
Al 2020 Ecuador tiene una grieta de género del 72.9%, se sitúa en el puesto 48 del ranking de países con más brechas. Este índice analiza la división de los recursos y las oportunidades entre hombres y mujeres en 153 países y mide la desigualdad de género en la participación, en la economía y en el mundo laboral cualificado, en política, acceso a la educación y esperanza de vida.
La Declaración Universal de Derechos Humanos puntualiza que el término derechos humanos incluye el derecho a la vida, a la libertad, a no estar sometidos ni a esclavitud ni a torturas, a la libertad de opinión y de expresión, a la educación y al trabajo, entre otros. Estos derechos son frecuentemente vulnerados hasta con el establecimiento de leyes, normas, costumbres, etc., que van en contra de la libertad de las personas.
Los derechos están directamente relacionados con la libertad que tiene cada persona de actuar y tomar decisiones. Para el Papa Francisco la libertad es un don de Dios pero «también es capaz de hacer mucho mal, somos dueños de nuestras decisiones y de tomar decisiones equivocadas».
Es necesario que tanto hombres como mujeres sepamos comprender que “mis derechos son libres y puedo ejercerlos siempre y cuando no afecte o dañe a nadie, mucho menos al más débil o vulnerable”. Frente a “mis derechos” debemos siempre anteponer “mis responsabilidades”, mirarnos a nosotros, pero mirando siempre a los demás y cuestionarnos ¿cuáles son los límites de mis derechos?
Desde la Comisión de Justicia y Paz enviamos nuestro saludo especial a todas las mujeres del país y del mundo. Debemos trabajar conjuntamente para desterrar todo tipo de discrimen, violencia, explotación, y crear conciencia sobre los derechos, deberes e igualdad de la mujer, para promover su participación, reconocer su aporte cotidiano al desarrollo, y de esa manera gestar un cambio que genere esperanza y promueva la justicia y la paz en todo el tejido social.
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Carta semanal de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz | Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe.