La Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe entra en sus momentos culminantes, tras intensas jornadas de escucha, discernimiento y la búsqueda de propuestas y desafíos pastorales. Para Mauricio López, Coordinador del Centro de Redes y Acción Pastoral del CELAM, la Comunión sinodal es «un camino impostergable para la Iglesia» y explicó que la invitación a vivir un camino sinodal no surge de «un ejercicio intelectual ideológico, y mucho menos como una imposición de una pugna de fuerzas alrededor de ‘pequeñas verdades’ que pretenden imponerse por encima de otras ‘verdades’ igualmente limitadas.
Según destaca, la invitación a vivir la sinodalidad es para «discernir una renovada manera de ser y estar como Iglesia en medio del mundo, más fieles al Evangelio de Jesús y de su seguimiento».
Recordó las palabras expresadas por el papa Francisco, en su bendición Urbi Et Orbi, de marzo de 2020, en los momentos más complicados de la pandemia , cuando dijo que nos «dimos cuenta de que todos estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantees y necesarios, todos llamados a remar juntos… Nos llama a tomar ese tiempo de prueba como un momento de elección… el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es neceesario de los que no lo es«.
Para Mauricio López, el camino de la sinodalidad está amenazado por algunas «enfermedades-dinamismos» que actúan en contra, entre las que señaló una esclerosis sinodal-farisaica, lo cual hace «imposible caminar juntos, cuando somos víctimad de la esclerosis sinodal».
Otra enfermedad, apunta, es una «misofobia sinodal-Esenia», que es el rechazo a todo aquel que piensa diferente, a quien se lo considera indeseable. Frente a esta enfermedad, el papa Francisco ilumina cuando señala que «todo aquel que se atrinchera en su ‘verdad’ acaba siendo prisionero de sí mismo y de sus posiciones… Así, caminar juntos se vuelve imposible».
Ente las tensiones alrededor del camino sinodal, Mauricio López apunta tres desafíos: la dimensión, la temporalidad y la reforma en curso.
Explica que la dimensión tiene que ver con la bidemnsionalidad que caracteriza el sínodo, porque se focaliza en una dimsnsión territorial específica, con problemáticas y rasgos particulares que piden de la Iglesia un tipo de presencia y respuesta a dicha realidad; por otro lado, la dimensión Universal de la Iglesia, en la que se hace explícita la necesidad de acompañar los itienrarios de reforma eclesial.
Sobre la temporalidad, destaca que el sínod habla de la urgente llamda a una Conversión Pastoral, como un Kairos, con rasgos particulares de la presencia de Dios y de una llamada atrayente hacia Él.
El otro aspecto es la reforma en curso, cuya tensión se expresa entre un polo que procura la continuidad de los que se considera un «modo desde la Centralidad, con un esquma más tradicional, asociado a una Iglesia con un model de gobierno centralizador, y con un estilo, todavía, predominantemente jerárquico-vertical.
Las claves del proceso sinodal
Frente a esta realidad, Mauricio comparte las claves sinodales del proceso sinodal amázonico, a la luz del itinerario del Papa Francisco: La periferia es el centro, cuando en abril de 2018 pidió al consejo pre-sinodal amazónico que «pongan atención a lo más importante, la periferia es el centro». Así también la necesidad de no perder el foco, para que no se diluya la dinámica territorial y la perspectiva del desborde.
Explica que la «lógica del desborde a la que nos conovca el Papa implica abrazar los múltiples rostros crucificados que piden de la iglesia ese papel profético y de presencia creíble, incluso si es necesario en algunos casos vender todo lo que tenemos (abandonar viejos modos) para abrazar el rosto del Cristo en el territorio».
Desde México, Pepe Mármol, SIGNIS ALC