Cali, Colombia.- El Arzobispo de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, lamentó el creciente número de asesinatos a líderes sociales registrados durante el año 2018. Según dijo, el asesinato cada vez más frecuente de líderes sociales en Colombia «corresponde a una elección sistemática, una estrategia para consolidar un poder existente y frenar el desarrollo de fuerzas sociales capaces de afectar el tejido social y económico».
Al comentar el trágico desenlace de los asesinatos de líderes sociales en 2018, el Arzobispo de Cali consideró que «Es central la dimensión social y ambiental, ligada a los llamados consejos populares, los referendos planificados entre la población frente a los grandes proyectos hidroeléctricos y mineros».
Hasta 172 líderes sociales y defensores de derechos humanos han sido asesinados en Colombia, 431 en los últimos tres años, con un aumento considerable tras la firma de acuerdos de paz con las FARC. En las regiones periféricas más afectadas, «el Estado colombiano no tiene una presencia institucional clara -explica Monsalve- y acompaña a la población. Esa costa pacífica es muy larga, habitada en gran parte por afrodescendientes e indígenas, pero hasta ahora ha sido una zona olvidada, presa de nuevos colonos, de quienes buscan recursos y de nuevas minas.
A estos datos se añade lo sucedido el domingo pasado, según la Organización Nacional Indígena de Colombia, (ONIC), que relatan cuando la autoridad ancestral, Rubén Orley Velasco, del cabildo indígena de Tacueyó, municipio de Toribío, norte del Cauca, se encontraba cerca de su residencia y fue objeto de seguimiento por parte de personas armadas y vestidas de negro. La oportuna intervención de la comunidad evitó un desenlace fatal.
Las causas del tráfico de drogas
«El narcotráfico -añade- es el resultado de una economía sin vías legales de salida, el cultivo de coca y otras sustancias sigue siendo el único recurso para los campesinos más pobres, el plan de erradicación voluntaria y el manual, apoyado por el gobierno anterior, ha fracasado, incluso bajo la presión de Estados Unidos y con poco entusiasmo político, aquí en Colombia. Así, el territorio «es presa de viejas y nuevas bandas que luchan por la dominación, la gente siente la necesidad de protección. No se puede ir a ninguna parte si el Estado no incluye e involucra seriamente a la población, con la ayuda de la comunidad internacional».
El acuerdo de paz alcanzado con las FARC está en peligro
Monsalve concluyó: «La aplicación del acuerdo con las FARC está en peligro, la situación política es difícil. Esperemos que se resuelva la situación en Venezuela, que tiene un gran impacto en el debate político en Colombia. En este contexto, el diálogo con ELN corre el riesgo de ser eclipsado (el Arzobispo de Cali es el responsable de la Conferencia Episcopal Colombiana para seguir ese diálogo, ed.). Esperamos que el Presidente lo deje claro y que volvamos a la mesa de negociaciones. (SIR)
Medidas para proteger a líderes sociales no son eficaces
El representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Colombia, Alberto Brunori, entrevistado por un medio de comunicación local, afirmó que persisten factores estructurales que llevan a los homicidios, amenazas, hostigamientos, estigmatización y censura. La falta de presencia integral del Estado en todas las regiones, la falta de acceso a servicios básicos como salud y educación, sumado a la pobreza y a la alta tasa de desempleo, aumentan el riesgo para los y las defensoras. El vacío de poder dejado durante la desmovilización de las FARC y la llegada de nuevos grupos armados ilegales y delictivos ha dado lugar al aumento de la violencia».
Fuente: Vatican News