Matagalpa, Nicaragua.- La Iglesia Católica en Nicaragua aceptó «interactuar como mediador y testigo del diálogo convocado por el presidente Ortega debido a las situaciones que ha vivido la nación nicaragüense tras varios actos de violencia acaecidos en las protestas sociales». Así confirmó el presidente del Episcopado nicaragüense, el cardenal Leopoldo Brenes, quien explicó que la participación de la Iglesia en este diálogo responde a la grave crisis política y social que amenaza la estabilidad del país, y que ha dejado al menos 30 muertos, entre ellos dos policías, un adolescente y un periodista, 428 heridos y más de 200 manifestantes arrestados o desaparecidos.
Por su lado, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, Nicaragua, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, expresó que la «democratización del país, la institucionalidad e independencia real de los poderes del Estado deben ser temas para abordar en el eventual diálogo nacional en el que varios obispos servirán como mediadores y testigos».
En la homilía pronunciada en las solemnidades religiosas en la parroquia San José Obrero en El Tuma, el martes 1 de mayo último, monseñor Álvarez manifestó que los obispos de Nicaragua «han entrado en un camino fatigoso, un camino en el que hay muchas espinas, muchos escombros, muchos riesgos y muchos peligros, ya que la situación de esta nación es bien complicada y compleja».
Urgente necesidad de diálogo
Monseñor Álvarez será uno de los obispos que actuarán como mediadores y testigos en el diálogo del que dijo servirá «no para ir a pelear sino para tratar los problemas más importantes de nuestra Nicaragua: la democratización de nuestro país, la institucionalidad de nuestro país, es decir donde los poderes del Estado realmente sean independientes, conformados con personas honorables y notables, que le garanticen al pueblo vivir y trabajar en paz, en libertad, dignamente».
La Iglesia como puente de comunicación
Hasta el momento no existe una fecha concreta establecida para el diálogo propuesto, reconoció el obispo de la Diócesis de Matagalpa, pero aseguró que en este diálogo deben participar «los más amplios sectores representativos de la población nicaragüense, y cada uno tiene su planteamiento, su enfoque, su punto de vista», ya que de lo contrario será difícil poder estar en el centro y buscar cómo consensuar, conciliar, ser puente, canal de comunicación entre unos y otros, con el fin de encontrar una ruta que nos lleve a todos».
Según el obispo, eso conllevaría «a poder, en el momento correspondiente, elegir también libremente a las autoridades que vayan a regir los destinos futuros de este país y hacerlo con garantías absolutas, de tener elecciones justas y transparentes, donde se respete el voto y la voluntad de cada uno de los nicaragüenses».
El prelado, indicó por último que la Iglesia hará de mediadora y testigo exclusivamente por el pueblo de Nicaragua «para que todos nosotros, un día podamos vivir y trabajar en paz y en libertad».
Fuente: Vatican News