Ciudad de Guatemala.- La Conferencia Episcopal de Guatemala emitió un comunicado, al finalizar su Asamblea Plenaria, en el que hacen un llamado a toda la población, a unir y coordinar esfuerzos para lograr un país que viva la solidaridad en la verdad y en la realización eficaz del Bien Común, además de criticar a los tres poderes del Estado, por su falta de rumbo.
En el documento los obispos enfatizan que la necesidad de ser testigos de la verdad los lleva a plantear estas preocupaciones y desconciertos, pues el sistema político vive bajo la dictadura de la corrupción y pone en gravísimo peligro su existencia; mientras su credibilidad delante del pueblo ha disminuido enormemente, la desconfianza y desencanto hacia él han aumentado.
A decir de los religiosos, el Congreso de la República sigue su carrera hacia el abismo, al haber elegido una Junta Directiva cuyos miembros fueron firmantes del llamado «pacto de corruptos» y mostrarse reticentes a hacer las reformas necesarias al sistema electoral y de partidos políticos.
El organismo judicial no está a la altura de lo que debe ser, cuando en diversos casos se atrasan los procesos judiciales o algunos de sus miembros emplean recursos reñidos con la ley, sin ética alguna y ceden a sobornos o amenazas, olvidando que son súbditos del imperio de la Ley, añaden.
El organismo ejecutivo toma decisiones que muestran su incompetencia para dirigir el país o sencillamente no las toma, para resolver los problemas crónicos de la población guatemalteca en temas como la atención en la salud y la desnutrición crónica infantil, en la educación formal, en la infraestructura vial, en las reformas al sistema penitenciario, en la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de drogas, personas y armas.
El comunicado de la iglesia católica guatemalteca subraya su preocupación por el aumento del empobrecimiento de la mayoría de la población, el flujo migratorio hacia el Norte de América, el aumento de las deportaciones, la problemática agraria; la violencia, las extorsiones y la existencia de redes políticas y económicas ilícitas que fortalecen la impunidad y sostienen la corrupción, aprovechándose del modelo económico vigente a favor de su enriquecimiento.
Los Obispos de Guatemala reafirman sus deseos y compromiso de colaborar desde sus diócesis y vicariatos, a transformar esta realidad y reiteran que toda la población unidad, como ciudadanos y cristianos, debemos cumplir con nuestra propia responsabilidad, para hacer presente la justicia, la verdad, la libertad y la solidaridad.
Fuente: Cerigua