El Arzobispo de la Paz, Bolivia, Monseñor Edmundo Luis Flavio Abastoflor Montero, destacó la necesidad de cuidar el medioambiente, particularmente la amazonía, que es uno de los pulmones más grandes de la humanidad. En diálogo con Cristiane Murray, de la redacción de Radio Vaticana, insistió que es necesario proteger la amazonía de la depredación a la que se puede llegar por los intereses comerciales» expresa el arzobispo.
El prelado boliviano señaló también que para la Iglesia Católica es importante el cuidado y protección de las personas. El Amazonas además de la gran riqueza ambiental, es custodia también de las culturas y tradiciones de numerosas etnias, poblaciones indígenas que viven marginadas de las así llamadas «corrientes civilizatorias».
«Pequeñas poblaciones – puntualiza el prelado – aisladas también debido a las distancias físicas y a las dificultades de comunicación, pero que conservan esa riqueza de ser creaturas de Dios de un modo muy especial, con tanta cantidad de culturas, de lenguas, y de maneras de ver la vida y de entender la creación en toda su complejidad humana y material». «El sínodo es una gran oportunidad para poder reflexionar sobre todos estos aspectos humanos y ecológicos y le damos gracias al Papa por haber pensado en esta posibilidad».
Al ser consultado si los pueblos indígenas nativos del Amazonas tendrán una voz muy activa en el sínodo amazónico, el prelado aseguró que sí, que se piensa hacer algo parecido a lo que se está queriendo hacer con el sínodo para los jóvenes, de convocarlos previamente, escuchar sus voces, sugerencias, puntos de vista, y hacer que todo esto confluya en el sínodo propiamente dicho: hacer una especie de pre – sínodos, probablemente en la zona amazónica, quizás por países y regiones, porque allá es muy díficil la comunicación. Para ir de un lado al otro hay que subir tres o cuatro días, arribar con pequeñas barcas, o bajar. Es más difícil, pero se puede tener así la posibilidad de escuchar a los distintos pueblos y etnias, sus puntos de vista y proyecciones para el futuro, para contrastarlos con lo que piensan las otras sociedades, los gobiernos, y lo que se puede trabajar a nivel internacional.
¿Es su esperanza una Iglesia más presente en el territorio?
Sí, aunque la Iglesia está muy presente. Creo que la Iglesia es la institución que está más directamente en contacto con los individuos, dándole importancia a cada uno de los habitantes de esos pueblos. Es un trabajo, una red casi de hormigas, muy desconocido muchas veces, pero que sí, que está presente en muchos lugares. Por supuesto que hay que invertir en una presencia mayor y también en una efectividad de esa presencia para la mejora de condiciones de vida de todos esos pueblos, como quiere el Señor, como quiere el Evangelio. (Griselda Mutual)