Buenos Aires.– El miércoles 5 de octubre de 2016 la sociedad tucumana en Argentina se vio sorprendida por el hallazgo del cadáver del sacerdote católico Juan Viroche, párroco de Nuestra Señora del Valle, La Florida, en el mismo templo. Las circunstancias de su muerte aún no han sido esclarecidas.
En tanto que su comunidad se movilizó desde el primer momento, promoviendo marchas que buscaban la verdad y la justicia, e invitando a rezar en misas por la memoria del padre Viroche. El padre Juan era conocido por denunciar la corrupción, el narcotráfico y el narcomenudeo en su pueblo, así como también acompañaba fielmente a quienes estaban en camino de recuperación de sus adicciones.
Este 5 de octubre de 2017 por la mañana se recordó al padre Juan con una misa en el santuario porteño de San Cayetano que presidió monseñor Fernando Maletti, obispo de Merlo-Moreno y referente para la Comisión Nacional de Adicciones y Drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina, junto a varios sacerdotes que desarrollan su tarea pastoral fundamentalmente en prevención y recuperación de adicciones: Lorenzo «Toto» De Vedia, Jorge «Chicho» Cloro, Carlos «Charly» Olivero, José María «Pepe» Di Paola, «Mingo» Rehin (franciscano), Gustavo Carrara, «Pancho» Velo, Hernán Martín (orionita), Eduardo Drabble, Abel Padín (orionita), Miguel Moreira.
«El padre Juan nos deja enseñanzas y la posta de un estilo, como pide el Papa Francisco (…) Y dos palabras: solidaridad y pobreza», expresó monseñor Maletti. La celebración fue muy emotiva por varias razones: una, la enorme presencia de jóvenes en recuperación de sus adicciones, con sus pancartas, acompañados por las comunidades que les dan cabida y acompañan en este camino. A la vez, el cariño, que se expresó por varios medios, al padre Juan Viroche.
Por la noche, se celebró una misa en la parroquia del padre Juan que fue presidida por el cardenal emérito Luis Héctor Villalba, actual administrador de la arquidiócesis de Tucumán hasta que asuma el arzobispo nombrado, presbítero Carlos Alberto Sánchez. Sobre esto, expresó monseñor Maletti: «Nos unimos al estilo y al modo de hacer oración por un lado y al mismo tiempo de presionarnos recíprocamente para que no bajemos los brazos y nos comprometamos en la solidaridad y en un mundo más nuevo, donde la pobreza fruto de la injusticia, la marginación y el descarte social dé lugar a una patria de hermanos donde puedan reinar realmente aquellos valores de persona humana y comunidades que Dios soñó cuando realizó la creación y puso en el centro a las personas humanas».
Al finalizar su homilía, Maletti le pidió a la Virgen de Luján, patrona de la Argentina, su asistencia maternal: «Que la Virgen de Luján, patrona de los argentinos, a cuyos pies y bajo su manto hemos peregrinado el fin de semana pasado, nos dé a todos la gracia no solo de no bajar los brazos sino de poder concientizar y visibilizar esta problemática que es común a todos y que en la prospectiva de la vida significa que sigamos luchando por Ni un pibe menos por la droga y que sigamos luchando también por la esperanza que significa que encontremos el camino para construirnos como patria de hermanos».
Por Virginia Bonard, SIGNIS Argentina