Ciudad del Vaticano.- Misericordia et misera se titula la carta apostólica escrita por el Papa Francisco y que lo presentó con ocasión del cierre del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia. En el documento, el Pontífice concedió a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, «la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto» y pidió que «ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios».
Así también el papa Francisco agradeció a los «misioneros de la misericordia», sacerdotes que durante este año han podido perdonar pecados reservados a la sede apostólica y ha indicado que este ministerio extraordinario no cesará con la clausura de la Puerta Santa, pues desea que «se prolongue todavía, hasta nueva disposición, como signo concreto de que la gracia del Jubileo siga siendo viva y eficaz, a lo largo y ancho del mundo».
Además, el Santo Padre considera oportuno que cada comunidad, en un domingo del Año litúrgico, «renovase su compromiso en favor de la difusión, conocimiento y profundización de la Sagrada Escritura». Un domingo –precisa– dedicado enteramente a la Palabra de Dios para comprender la inagotable riqueza que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo.
Finalmente, el papa Francisco instituye el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, es decir, el domingo anterior a Cristo Rey, la Jornada mundial de los pobres.