Managua, Nicaragua (EVARED).- Este sábado 20 de febrero, a los 82 años de edad, falleció el sacerdote jesuita y teólogo de la liberación Fernando Cardenal. El deceso se produjo en horas de la madrugada, a consecuencia paro cardíaco, tras dos semanas ingresado en cuidados intensivos en un hospital de la capital nicaragüense, por complicaciones tras una operación de hernia abdominal.
En Fernando, varias generaciones de jóvenes nicaragüenses, muchachas y muchachos, encontraron un guía para asumir un compromiso con Nicaragua, con los más pobres y marginados.
Fernando alzó su voz para denunciar la represión de la dictadura somocista, promovio la organización del Movimiento Cristiano y formó parte del Grupo de los Doce para acompañar las luchas del pueblo nicaragüense.
Con vocación por la educación asumió la dirección de la Cruzada Nacional de Alfabetización y posteriormente del Ministerio de Educación. Al momento de su fallecimiento era director de Fe y Alegría en Nicaragua, consagrado a la búsqueda de una educación de calidad para los más necesitados.
El compromiso, la vocación de servicio, la integridad a toda prueba, el amor a Nicaragua, caracterizaron a Fernando Cardenal durante toda su vida.
Por su vida y su compromiso con las mejores luchas y aspiraciones de todos y todas las nicaragüenses, desde el MRS le rendimos nuestro más sentido homenaje.
Sus honras fúnebres se cumplen desde la mañana de este sábado, en la capilla UCA. Alas 18h00 se ofició una misa, luego de lo cual se realiza el velatorio hasta las 22h00. También se realizará una misa mañana domingo a las 2 pm en el Aula Magna de la UCA. Luego se procederá a la inhumación de su cadáver.
En los años ochenta, tras el triunfo de la llamada Revolución Popular Sandinista, Fernando Cardenal formó parte de un grupo de sacerdotes que se vincularon directamente con el gobierno revolucionario, lo que les generó fuertes críticas de la jerarquía católica del país y del Vaticano. Junto a Cardenal trabajaron en el gobierno sandinista el religioso de la Congregación Maryknoll, Miguel D’Escoto, canciller del país en aquel entonces; el poeta Ernesto Cardenal, sacerdote diocesano y ministro de Cultura; y Edgar Parrales, también diocesano, embajador de Nicaragua ante la OEA. En el caso de Fernando Cardenal la orden jesuita lo expulsó por lo que él mismo denunció como presiones de Juan Pablo II, gran crítico de los movimientos revolucionarios de izquierda en Latinoamérica.