Antonio Maza Pereda.- A un mes de la visita del Papa Francisco a México, los preparativos están muy avanzados. Tan avanzados que, a estas alturas, es poco lo que se puede hacer para agregar alguna actividad o modificar alguna de las prioridades.
Un aspecto que ha sido comentado entre los periodistas católicos es el hecho de que, entre algo más de 700 medios católicos, sólo unos cuantos han sido acreditados para participar en los eventos de Su Santidad. Es obvio, por supuesto, que los grandes medios nacionales. Internacionales y los principales medios de cada localidad tienen un papel importante. Sin embargo, el que no haya una participación de estos medios católicos podría conducir a una cobertura incompleta, sesgada y posiblemente superficial de la visita.
Este, sin embargo, es uno de esos casos donde se aplica la frase: «el hubiera no existe». No parece haber ya posibilidades para modificar este hecho. ¿Qué podemos hacer comunicadores y periodistas católicos ante esta situación? Claramente, operaremos utilizando fuentes de segunda mano. No hay manera de garantizar que tendremos una cobertura completa y sin editar de los eventos. Por supuesto, tendremos acceso a los documentos. Posiblemente con retraso, pero seguramente completos. No tendremos acceso directo a las improvisaciones a las que nos tiene acostumbrados el Santo Padre, quien se sale del protocolo y de los documentos para agregar conceptos diferentes. Tampoco tendremos acceso a percibir la reacción de los que asistan a los eventos ni la posibilidad de tener reportes del «color» y hacer entrevistas en el lugar.
¿Que sí podemos hacer? Básicamente, lo que podemos hacer es lo que otros medios no pueden. Profundizar en el significado, dar el enfoque y la perspectiva católica a los eventos que estén ocurriendo. Dar una interpretación propia, una interpretación que vaya más allá de lo mediático y de lo sensacionalista.
Todo un reto. Para poder dar un enfoque de esa calidad, será necesario que nos pongamos a profundizar en los temas que, suponemos, serán tratados en las visitas. Sería importante que demos una revisión amplia a los documentos de las intervenciones del Santo Padre en otras visitas. Seguramente tendremos que desempolvar los conocimientos que tenemos de nuestra religión, para poder profundizar en el significado y las consecuencias del mensaje del Papa.
Posiblemente una de las líneas más importantes que hay que seguir es abandonar los conceptos negativos y dar a nuestra interpretación y reportaje de los hechos un profundo sentido de esperanza. Porque es fácil caer en la trampa de esperar resultados extraordinarios de esta visita y después caer en la decepción al no ver cumplidas expectativas que rayaban en lo milagroso.
Otro aspecto fundamental es enfatizar que en esta visita hay varios personajes a reportar. Por supuesto, el Papa es el gran personaje. El otro gran personaje es el pueblo católico mexicano. Más de 100 millones de católicos, de un total de 128 millones de mexicanos, la segunda comunidad católica más grande del mundo, esperan con ansia y esperanza, con cariño al Papa. Al Vicario de Cristo, nuestro Rey, el personaje invisible que es representado por el Papa. Que está con nosotros todos los días, pero a quien no vemos. Y a quien el Papa le hace visible, evidentemente de una manera parcial, en aquellos aspectos que más nos hacen falta en esta situación actual.
Claro, habrá otros personajes. El clero mexicano. El gobierno federal y local, no siempre dispuesto a colaborar con la Iglesia en asuntos de interés social y de apoyo a la población. Rezagos de un jacobinismo que no termina de moderarse en una parte de la clase política. Y todo ello genera noticia, todo ello sujeto a una interpretación más profunda, con una perspectiva de eternidad.
Ojalá esta situación poco favorable para los comunicadores católicos nos sirva para superar la calidad de nuestro servicio a nuestras comunidades. Sería maravilloso qué, además, nos hiciera conscientes de la necesidad de que colaboremos estrechamente, uniendo nuestras fuerzas que, colectivamente, ya no son tan escasas. Colaborar para hacer análisis más profundos, debatir temas y ver múltiples facetas en los eventos y en las consecuencias de esta visita. Una gran oportunidad. Quiera Dios que tengamos la sabiduría para aprovecharla.
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Compartido por Comunicadores Católicos, SIGNIS MÉXICO