La pandemia del Covid cambió la humanidad. Algo inexplicable y nuevo pasó, estuvimos «encerrados», el miedo se apropió y ni autoridades ni científicos acertaban a actuar… meses muy complejos y llenos de incertidumbre.
Los investigadores continuaron estudiando al virus y decodificando su comportamiento, formas de transmisión, síntomas, tratamiento e iniciar un trabajo maratónico para desarrollar la vacuna.
Las claves para evitar el contagio se concretaron en el uso de mascarilla, lavado de manos y distanciamiento físico: ¡el triángulo de la vida! y se convirtió en la esperanza para salvar al mundo y en un llamado para vacunarse. Cerca del 45% de los ecuatorianos ya se han vacunado con las dos dosis.
Después de 18 meses del inicio de la cuarentena, se habla de «regresar a la normalidad», de reactivación económica, de retomar las labores cotidianas, de volver a clases…, se siente el movimiento en las calles, parques, plazas, centros comerciales, en los encuentros familiares y sociales… todo vuelve a ser cotidiano.
Si bien el sistema de salud pasa por un momento de ‘respiro’ al disminuir el número de hospitalizados, no dejan de atender a personas contagiadas, ahora más jóvenes o por alguna de las nuevas y agresivas variantes del covid-19.
¡No debemos bajar la guardia! Aún en Ecuador el uso de la mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento físico junto con la vacuna, son una obligación. Son las armas y escudo con que enfrentamos y combatimos los nuevos tiempos.
En septiembre, en forma progresiva, retornarán a clases presenciales y semipresenciales: 112 269 estudiantes de 1533 instituciones, en Sierra-Amazonía. Ya son 2691 instituciones educativas que tienen sus Planes Institucionales de Continuidad Educativa (PICE) aprobados.
Enviar a nuestros hijos e hijas a clases presenciales genera alguna inseguridad y miedo…, ¿cómo se comportarán? ¿se contagiarán? y si es el caso ¿qué hacer? ¿cómo será el transporte? ¿cómo utilizarán la mascarilla y el alcohol? Hay más dudas que certezas.
La recomendación es el diálogo familiar… si bien existen dudas, temores, angustias, a la vez hay esperanza y confianza en el nuevo tiempo de regreso a clases.
Es muy importante activar el «COE familiar» que planifique, diseñe e implemente todas las medidas de bioseguridad alrededor del regreso a clases.
Una tarea conjunta y coordinada entre padres de familia, estudiantes, docentes, transportistas y autoridades de salud que trabajen en un «COE estudiantil» para prever todos los escenarios posibles y preparen las acciones pertinentes, orientadas a brindar seguridad personal y colectiva a los miles de estudiantes que regresan a clases. Tarea titánica pero necesaria y urgente para garantizar la salud y el bienestar de la comunidad educativa.
«No se acuerden de las cosas pasadas, no piensen en las cosas antiguas. Miran, voy a hacer algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notan? Trazaré un camino en el desierto, rutas en la llanura» (Is 43, 18-19). Es esta «nueva normalidad» que nos invita a vencer el miedo, a guardar y cumplir con todas las normas de bioseguridad, a estar unidos y atentos, a cuidarnos y protegernos personal y colectivamente para enfrentar y vencer al covid 19.
Fuente: Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz