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8 de marzo Jornada Internacional de la mujer

Ana Teresa López de Llergo.- La presencia de la mujer en el mundo tiene muchas caras: madre, esposa, hermana, hija, amiga, compañera y, actualmente también el toque femenino en un sinfín de profesiones.
Women of the World, grupo internacional al que pertenecen 25 miembros de todo el mundo, subraya el papel de la mujer como madre y presenta la siguiente Declaración Mundial de Madres, que llevarán a la CSW de la ONU en Nueva York, y también la harán llegar a políticos de diferentes países:

«Las mujeres desempeñan una función decisiva en la familia. La familia es el núcleo básico de la sociedad y como tal debe fortalecerse (…) Las mujeres hacen una gran contribución al bienestar de la familia y al desarrollo de la sociedad, cuya importancia todavía no se reconoce ni se considera plenamente». (Plataforma de Beijing 1995 capítulo II párrafo 2).

1. Las madres son el corazón y el sustento de la familia y de la sociedad. Las madres aportan a sus hijos el cuidado, la ternura, comprensión y empatía que una sociedad necesita para progresar en humanidad. El hecho de dar la vida, sostener y alimentar a sus hijos convierte a las madres, en colaboración con los padres, en la fuerza y el sostenimiento de la humanidad. Madres y padres desarrollan cada cual un papel fundamental en la sociedad.

2. La sociedad necesita familias estables que permitan a sus hijos crecer felices y seguros de sí mismos. El conjunto de la sociedad se beneficia cuando los niños crecen en un entorno familiar estable, junto a madres dedicadas a su crianza y educación.

3. La maternidad y la dedicación a la familia es uno de los trabajos más importantes y gratificantes y para una mujer y beneficioso para la sociedad. Y sin embargo resulta infravalorado en el mundo de hoy. Al ignorar o menospreciar la maternidad y la dedicación de la mujer a la familia, se dificulta la construcción de sociedades sostenibles.

4. Con demasiada frecuencia, las mujeres son discriminadas en el mercado laboral por ser madres o querer serlo. Las madres han de tener igualdad de oportunidades, consideración y respeto en el mundo laboral.

5. La maternidad y la dedicación a la familia son también un beneficio para las propias mujeres Le aportan plenitud y realización personal, fortaleciendo su identidad femenina. Junto a ello, le proporcionan otras oportunidades de desarrollo humano y aprendizaje de habilidades de liderazgo, comunicación y gestión.

La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. (…)» Artículo 25.2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Así pues:

I. Las madres y sus hijos deben ser respetados y considerados como miembros importantes de la sociedad.

II. La maternidad y la dedicación a la familia exigen y merecen reconocimiento social y político.

II. La dedicación exclusiva a la familia no puede seguir siendo ignorada y, menos aún, ser considerada una razón para condenar a las madres a la muerte social.

«La familia es la unidad básica de la sociedad» (Plataforma de Beijing 1995) y la maternidad es el corazón de la familia. Por tanto las madres deben ser respetadas tanto en la política como en la sociedad y en el propio hogar.

En Roma otra iniciativa: Con el tema «La mujer, pilar de la edificación de la Iglesia y de la sociedad en América Latina», del 6 al 9 de marzo, se lleva a cabo la asamblea plenaria de la Comisión pontificia para América Latina (CAL) sobre las mujeres. De este modo se reafirma la conclusión del CELAM en Bogotá: «¡La esperanza en América Latina tiene un rostro femenino!». Los miembros de la Comisión son cardenales y obispos, e invitaron a un pequeño grupo de mujeres de América Latina con responsabilidades sociales y eclesiales, para conocer sus puntos de vista. El Papa tendrá audiencia con los participantes el viernes 9 de marzo.

En cuatro conferencias se exponen los siguientes temas: Ana María Bidegain tratará de «los obstáculos y las fuerzas para la promoción de las mujeres en la realidad latino americana; Guzmán Carriquiry Lecour, secretario de la CAL, hablará de «las mujeres y la transformación cultural «; el Cardenal Francisco Robles Ortega Arzobispo de La Habana (Cuba) tratará de «la presencia de la Virgen Marie y el papel de las mujeres en la evangelización de los pueblos latinoamericanos», y el Cardenal Marc Ouellet, presidente de CAL, «la mujer a la luz del misterio de la Trinidad y la Iglesia».

Las feministas argentinas: convocan para el 8 de marzo una huelga en la que haya representación de mujeres de todo el mundo para plantear otros modos de vida y otros espacios. Desean quebrantar los privilegios de las sociedades patriarcales y capitalistas, racistas y heteronormativas.

Quieren ocupar el espacio público, decidir sobre su cuerpo, sobre su vida, reafirmar la fuerza política de las mujeres, lesbianas y trans y preservar nuestro planeta.

Con la huelga quieren mostrar que sin el trabajo de la mujer no hay producción ni reproducción.

Conclusión:

No podemos ignorar las dos posturas diferentes que abordan la realidad de la mujer. Una reconoce injusticias y busca soluciones, pero también reconoce la realidad de la maternidad como la característica distintiva e insustituible que ha de cuidarse desde la política, las instituciones y los medios. La maternidad y la dedicación a la familia son valores irrenunciables, hacen grandes a las mujeres, a los hombres y a las sociedades, pero especialmente a las personas más vulnerables: los hijos pequeños.

La otra también reconoce las injusticias, pero reniega de la maternidad y del trabajo del hogar, incluye y se apoya en las ideologías, rompe drásticamente con el pasado. Adopta un lenguaje marxista. Una de sus propuestas textuales dice: «Para ocupar el espacio público, de ocio y la noche sin temor a ser acosadas con espacios de disfrute, encuentro y diversión.»

El futuro se forja en el presente. ¿Qué queremos las mujeres? Cultivar el hogar o desvincularnos de él, esa es la disyuntiva.

Las madres son el corazón y el sustento de la familia y de la sociedad pero son enormemente ignoradas. Queremos lograr que tanto ellas como su trabajo se hagan visibles y sean valorados en la política, las instituciones y los medios.

La Declaración Mundial de Madres afirma, entre otras cosas, que «La sociedad necesita familias estables que permitan a sus hijos crecer felices y seguros de sí mismos». Y que «La maternidad y la dedicación a la familia es uno de los trabajos más importantes y gratificantes y para una mujer y beneficioso para la sociedad».

Creemos que las madres y sus hijos deben ser respetados y considerados como miembros importantes de la sociedad. Sin embargo con demasiada frecuencia, las mujeres son discriminadas en el mercado laboral por ser madres o querer serlo aunque todos sabemos que el hecho de ser madre no solo no supone ningún inconveniente sino que es un plus en el desarrollo profesional de una mujer.

Queremos poner fin a esta discriminación y al hecho de que se subestime la maternidad y la dedicación a la familia ignorando además que la maternidad y la dedicación a la familia son también un beneficio para las propias mujeresya que le aportan plenitud y realización personal, fortaleciendo su identidad femenina.