Daca, Bangladés.- Una fiesta de la fe con oración, testimonios, cantos y danzas, en el Colegio Notre Dame de Daca, caracterizó el encuentro del Papa Francisco los jóvenes en Bangladés. Alegría y esperanza, caminando con Jesús, viajando en la vida guiados por Él, no vagando sin rumbo, les dijo el papa a los jóvenes.
Asegurando que se siente «rejuvenecer» cuando está con los jóvenes, el Papa destacó el entusiasmo que los caracteriza y agradeció el testimonio que le presentaron una chica, Upasana, y un chico, Anthony.
Con la importancia de la sabiduría, que nace de la fe, el Santo Padre señaló que es la sabiduría que se «vislumbra en los ojos de los padres y de los abuelos, en cuyos ojos, como cristianos, vemos la luz de la presencia de Dios, la luz que han descubierto en Jesús».
Esa sabiduría, que nos hace «escuchar con los oídos de Dios y amar con el corazón de Dios, nos ayuda también a reconocer y rechazar las falsas promesas de felicidad», dijo también el Papa, lamentando que haya culturas, que hacen falsas promesas, que no liberan sino que conducen al egoísmo, la oscuridad y la amargura, como sucede cuando un pueblo, una religión o una sociedad se convierten en un «pequeño mundo», se vuelven presuntuosas con la mentalidad del ‘yo soy bueno’, tú eres malo’.
El Papa Francisco destacó su gran alegría al ver que «junto a los católicos, estén muchos jóvenes amigos musulmanes y de otras religiones». Y alentó la determinación de promover un clima de armonía, donde se tiende la mano, a pesar de las diferencias religiosas, recordando su grata experiencia en Buenos Aires, con un episodio de «amistad social», entre jóvenes distintos pero aunados por el bien común.
Tras reiterar su invitación a la juventud a respetar a los ancianos, que aseguran que los valores más importantes se transmitan a los hijos y a los nietos, enriquecidos con su amor, el Papa renovó también su exhortación a hablar con los padres y abuelos y su invitación a contemplar la sabiduría de Dios, que refuerza la esperanza y ayuda a afrontar el futuro con valentía:
«Nosotros, cristianos, hallamos esta esperanza en el encuentro personal con Jesús en la oración y en los sacramentos, y en el encuentro concreto con él en los pobres, los enfermos, los que sufren y los abandonados. En Jesús descubrimos la solidaridad de Dios, que camina constantemente a nuestro lado.
Queridos jóvenes, queridos amigos, mirando vuestros rostros me lleno de alegría y de esperanza; alegría y esperanza por vosotros, por vuestro país, por la Iglesia y por vuestras comunidades. Que la sabiduría de Dios siga inspirando vuestro esfuerzo por crecer en el amor, en la fraternidad y en la bondad. Al dejar hoy vuestro país, os aseguro mi oración para que todos podáis continuar creciendo en el amor a Dios y al prójimo. Y por favor, no os olvidéis de rezar por mí.
¡Dios bendiga a Bangladesh! Isshór Bangladeshké ashirbád korún!» (CdM)
Fuente: Radio Vaticana