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SIGNIS ALC

16 agosto 2021

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«La educación es un acto de esperanza»

«La educación es un acto de esperanza»

Más de mil millones de niños han enfrentado interrupciones en su educación. Cientos de millones de niños se han quedado atrás en las oportunidades de desarrollo social y cognitivo. Y en muchos lugares, las crisis biológica, psíquica y económica han empeorado mucho por las crisis políticas y sociales aparejadas”. Papa Francisco, diciembre 2020.

 

El surgimiento del modelo de formación técnica está asociado a la fundación de las Escuelas Nacionales de Artes y Oficios, a mediados del siglo XIX y comienzos del XX, destinadas para la instrucción básica y capacitación en carpintería, herrería, hojalatería, talabartería, plomería, encuadernación, tejidos o vestuario; así como a la enseñanza técnica de profesiones modernas, asociadas al incipiente desarrollo industrial de esos años, que incluía mecánica, tipografía o litografía.

 

Este modelo, iniciado el siglo XVI y mantenido por algunas comunidades religiosas hasta la actualidad, fue asumido por el Estado en algunos colegios, en los que además de humanidades se implementó el bachillerato técnico en mecánica industrial, electricidad y artes gráficas, entre otras, con lo que muchos jóvenes adquirieron conocimientos que les permitía trabajar y obtener los ingresos necesarios para financiar sus estudios superiores, si decidían avanzar en el mundo profesional.

 

Adicionalmente la existencia de los ‘Normales’, de los colegios agropecuarios y de contabilidad, completaban la formación en profesiones intermedias que satisfacían las necesidades de trabajo especializado para el siglo XX. Para los sectores populares, con bajos ingresos y deficiente escolarización, sumado a problemas derivados del crecimiento de las ciudades y la vida urbana, esta educación se constituyó en una alternativa que les capacitaba para trabajar de manera eficiente y útil para la sociedad.

 

Las grandes reformas educativas están asociadas a periodos de crecimiento y bonanza económica, mientras que, en situaciones de crisis, un conjunto de programas formativos locales operan como mecanismos para reducir los efectos negativos de tales coyunturas. Las reformas educativas realizadas en el gobierno de Correa implementaron el bachillerato general unificado que afectó a la educación técnica y encaminó a los graduados, previo un examen de ingreso -que no todos aprobaban- hacía la universidad en busca de un título profesional.

 

El Plan Nacional de Educación y Formación Técnico Profesional, iniciativa gubernamental que pretende mejorar la competitividad y la educación técnica en el país, brindará oportunidades para la vinculación laboral temprana, orientación vocacional y desarrollará el talento juvenil. Este Plan, según el gobierno, beneficiará anualmente a 283 mil estudiantes de bachillerato técnico y 114 mil de carreras técnicas de educación superior.

 

Esperamos que los perfiles profesionales, las mallas curriculares, la pedagogía, los profesores…, tengan la suficiencia técnica y competencia académica que les permita a estos jóvenes incorporarse a una estrategia nacional de desarrollo y que con su preparación estén listos para trabajar con la eficiencia y la responsabilidad que les permita hacer realidad sus proyectos de vida.

 

Anhelamos que este Plan se cumpla y revalorice la educación técnica para que deje de ser considerada «la oferta pobre del sistema educativo» y se convierta en un aporte fundamental para superar la crisis económica y social en la que está inmerso el país. «Con la ayuda de los jóvenes y de su espíritu innovador, podemos realizar el sueño de un mundo en donde el pan, el agua, las medicinas y el trabajo fluyan en abundancia…», escribió el Papa Francisco hace poco por el Día Internacional de la Juventud.

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Carta semanal de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz
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