Quito, Ecuador.- Con la participación del vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica, Repam, Cardenal Pedro Barreto, se lleva a cabo el primer Congreso de Ecología Integral y Síndo Amazónico: Retos y desafiós para el cuidado de la Casa Común en Ecuador. La jornada convocó a las principales autoridades de la Iglesia católica, religiosas, agentes pastorales, líderes defensores del ambiente, defensores de derechos humanos, tanto como investigadores y académicos.
«Hay una cruzada muy importante de la conciencia de la responsabilidad que tenemos de cuidar la amazonía, que es uno de los pulmones del mundo, pero el grupo de los 7 países más grandes del mundo ofrecieron con gran generosidad 20 millones de euros, cuando ellos mismos gastan en armamento 100 mil millones de euros», cuestionó el vicepresidente de la REPAM, Pedro Barreto, al destacar la importancia de la preocupación de la Iglesia en cuidar y defender la amazonía, de manera especial en el Sínodo Amazónico convocado por el papa Francisco y que se realizará en Roma del 6 al 27 de octubre próximo.
«Estamos comprometidos en poner en práctica las orientaciones que el papa Francisco nos dé después del Sínodo, afirmó el cardenal Barreto.
De su lado, el arzobispo de Guayaquil y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Mons. Luis Cabrera, alertó que el gran reto para la minería es la explotación de los minerales sin afectar a la naturaleza, porque bien se conoce que «una política extractivista centrada únicamente en el aspecto ecónomico no toma en cuenta el impacto ecológico y social; la contaminación del aire, de la tierra y principalmente de las fuentes hídricas por los metales pesados, el plomo, el mercurio, cianuro».
Igualmente, entre los impactos negativos del extractivismo, sobre los que alertó el vicepresidente del episcopado anotó las enfermedades, la insalubridad, el consumo de drogas, la prostitución y la misma muerte, dijo.
Cuestionó que de los ingresos que recibiría el estado por la explotación de los minerales representaría apenas en un 5 por ciento, y que de ese porcentaje lo que los habitantes de las zonas mineras reciben es lo mínimo o casi nada.
Frente a la preocupante contaminación ambiental, en ríos y oceános, es urgente adoptar una conciencia ecológica y cambiar nuestros hábitos de consumo, dijo Monseñor Cabrera, quien consideró necesario que se exija también al estado el respeto a los derechos de la naturaleza, que constan en la constitución.