Facebook   Twitter   Instagram   Youtube   Flicker

Elecciones con responsabilidad y credibilidad

«Un sistema político-económico, para su sano desarrollo, necesita garantizar que la democracia no sea sólo nominal, sino que pueda verse plasmada en acciones concretas que velen por la dignidad de todos sus habitantes bajo la lógica del bien común, en un llamado a la solidaridad y una opción preferencial por los pobres» (Papa Francisco, 2019).

La política es una manera exigente (sabiendo que no es la única) de vivir el compromiso cristiano al servicio de los otros. Paulo VI – Populorum Progressio.

La participación política es un derecho y una obligación de todo ciudadano, porque de ella depende la construcción de una sociedad pluralista, equitativa y solidaria; le exige intervenir en la construcción de una auténtica democracia representativa y en uso de sus derechos políticos, entre otros aspectos, elegir a sus gobernantes.

En Ecuador, desde la última Constitución, todos somos ciudadanos desde el nacimiento y al cumplir las condiciones de ley, tenemos el derecho y la obligación de elegir y ser elegidos. A quienes elegimos les responsabilizamos de lo que hacen o dejan de hacer, y les exigimos el cumplimiento de las promesas de campaña y de los planes de trabajo, que por ley, están obligados a presentar con sus candidaturas.

Fallas del Código de la Democracia permiten la existencia de una cantidad de partidos y movimientos, que por ley están obligados a participar en cada proceso electoral, para lo que se les establece fondos de campaña -recursos anuales asignados para su administración y para la capacitación de sus militantes-. Recursos de todos, que facilitan su presencia en la Asamblea Nacional, para garantizar su vigencia. Estas fallas «»ponen en marcha círculos viciosos que privan a las personas y a las familias de las necesarias garantías para su desarrollo y bienestar» y generan una «corrupción» cuyas consecuencias acaban sufriendo principalmente los pobres». (Papa Francisco).

Como consecuencia de la falta de seriedad de los entes políticos para crear propuestas válidas y militancias comprometidas y libres de caudillismos y caciquismos, se inscriben 19 precandidatos a la presidencia de la República.

La credibilidad de las autoridades electorales, la transparencia de los procedimientos y la claridad de los resultados obtenidos son indispensables y fundamentales en democracia. Si las autoridades actuales del Consejo Nacional Electoral -CNE generan desconfianza, si los procesos son cuestionados y persisten dudas sobre resultados anteriores; además de la denuncia de fallas en el sistema, como las hechas por la Contraloría y la Fiscalía de la Nación, las elecciones venideras se cargan de dudas, de desconfianza, y corren el serio peligro de alterar la democracia quitando legitimidad a los futuros mandatarios electos.

A pocos meses de las elecciones, faltan reglamentos, no existe un presupuesto claro, no se han ventilado las acusaciones reiteradas de nombramientos no calificados, padrones alterados y una verdadera pandemia de candidaturas, algunas con problemas graves con la justicia.

Justicia y Paz invita a la ciudadanía a tomar conciencia de la grave situación por la que estamos atravesando y hace un llamado al CNE para que deponga los intereses particulares y de partido y genere confianza y sensatez, rectifique actitudes, supere divisiones y mejore el sistema electoral para que la democracia se fortalezca y tenga resultados confiables y acordes con la decisión de los votantes, que aspiran a una vida en paz.

——-

Carta de la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz
Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe