«Hemos pasado la Navidad con muchas inquietudes por la pandemia que se ha agudizado en los últimos días en El Salvador y en el mundo. Y ahora estamos mirando el año que viene, los signos no son consoladores, más bien, son de preocupación. Sin embargo nuestro pueblo salvadoreño es un pueblo heroico, de profunda fe, que nunca se da por vencido», con estas palabras el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador, inicia el balance de lo que fue el año 2020 en este país Centroamericano, marcado por la pandemia, los conflictos sociales y la grave crisis económica que vive El Salvador.
Los Pastores al lado del pueblo que sufre por la pandemia
Los pastores de El Salvador, afirma el Cardenal Rosa Chávez, hemos acompañado en este año a nuestro pueblo, profundamente creyente, con una gran capacidad de resistencia. «Ha sido un año muy difícil el que hemos vivido. Por supuesto – subraya el Purpurado – la pandemia ha sido el momento más duro, un largo momento de más de nueve meses y que todavía continua presente entre nosotros». El dolor de las familias que no pueden acompañar a su ser querido que está en el momento final de su existencia, no poderle hablar, no poderle dar un abrazo, un beso, un apretón de manos, y luego la dolorosa experiencia del entierro también en soledad. Ese drama humano golpea tanto a las familias que han vivido esa experiencia desoladora, hemos acompañado esa realidad como pastores con profundo respeto y una profunda sensación de impotencia.
Gracias a quienes se han puesto al servicio de los demás
En este contexto, el Obispo Auxiliar de San Salvador recuerda que, la muerte ha tocado a nuestras puertas y aquí viene ya la respuesta lógica, de quién está en primera línea atendiendo la pandemia. «Los Obispos de Centroamérica hicimos un Mensajes en noviembre donde reconocimos esa extraordinaria respuesta. De ese mensaje con nuestros llantos agradecemos desde lo más profundo del corazón a todos los hombres y mujeres del personal de salubridad que han puesto su vida al servicio de salvaguardar la salud y la vida de nuestro prójimo, haciendo realidad concreta la fraternidad universal».
Confrontación permanente entre los poderes del Estado
En este clima dramático de sufrimiento, evidencia el Cardenal Rosa Chávez, «hay una realidad lamentable a nivel del poder político, hay una confrontación permanente entre los poderes del Estado, sobre todo entre el poder ejecutivo y el poder legislativo, el diálogo ha sido imposible, ha habido ofensas, desacreditación mutua, descalificaciones, y eso ha sido un sufrimiento grande para la gente que quiere ver un país que afronta el dolor en la serenidad y en la paz, es una deuda que tenemos este año con el pueblo que espera de sus dirigentes una actitud diferente».
El pueblo pobre y sufrido mira el futuro con esperanza
En medio de esta crisis política, afirma el Purpurado, la falta de institucionalidad, la pérdida de la democracia y el autoritarismo, el caudillismo, el populismo, la falta de un liderazgo que busque el bien común, se han agudizado en nuestras ya empobrecidas economías la grave progresión del desempleo, ha provocado la propagación de la economía informal y el consecuente aumento de los índices de pobreza, el pueblo pobre y sufrido mira el futuro con esperanza.
Dios no ha apartado la mirada de su pueblo
En esta hora de la historia, señala el Cardenal Rosa Chávez, constatamos la durísima realidad en la que viven las inmensas mayorías, en El Salvador y en Centroamérica. «Que esto no nos robe la esperanza, que fortalece y anima, Dios no ha apartado la mirada de su pueblo, de su creación y nos da como un memorial sus palabras: ‘con amor eterno te he amado’, si el mundo llora, si todos nosotros hemos sido atravesados por las lágrimas del sufrimiento y el dolor, la impotencia, la angustia, es porque Dios también llora, como decía el Papa Francisco». Ese Dios acompaña a su pueblo, ese Dios sigue presente entre nosotros, ese Dios que en la Navidad nos ha recordado que está vivo y resucitado y que vence la muerte, el dolor, ese Dios, ese que hemos ido conociendo más en este tiempo de pandemia, en métodos distintos de evangelización, a través de los medios digitales, esta creatividad pastoral, ha sido una experiencia maravillosa de una Iglesia que quiere estar ahí con la gente, con los lenguajes modernos de las últimas tecnologías llevando la esperanza, la debida paz que solo Dios nos puede dar.
Dios camina con su pueblo y Romero nos sigue inspirando
«Así vemos el Nuevo Año, así hemos vivido este año que termina – concluye el Cardenal Rosa Chávez – si queremos seguir caminando, Dios camina con su pueblo, y Romero nos sigue inspirando con su palabra, con su testimonio y con su intercesión. ¡Alabado sea Jesucristo!».
Redacción: Renato Martinez, Vatican News