Santiago de Chile.- «Sean ustedes los jóvenes samaritanos que nunca abandonan a un hombre tirado en el camino… sean jóvenes cirineos», dijo el Papa a los jóvenes en un emotivo y multitudinario encuentro en la explanada del santuario nacional de Maipú.
Un ambiente que se ha caracterizado por la alegría y la espontaneidad esperó al Papa Francisco en la explanada del Santuario Nacional de Maipú, donde se realizó el «Encuentro con los Jóvenes». Las actividades habían comenzado mucho antes, ya que desde el mediodía hubo animación, lectura del Evangelio, oración, reflexión, video y actos artísticos. Incluso, en el programa se incluyó la presentación del himno oficial de la visita del Papa interpretado por Américo.
El Papa regresó a Santiago desde Temuco en una de las jornadas más intensas del programa en Chile, en el marco del 22° Viaje Apostólico internacional en que recorre ciudades de Chile y Perú. Desde el aeropuerto se trasladó con la comitiva y abordó el papamóvil a pocas cuadras de distancia.
La bienvenida al encuentro con los jóvenes, la dio Ariel Rojas, quien expresó que: «Su visita, querido Papa Francisco, nos viene muy bien, por tantas cosas que están ocurriendo en nuestro país y en nuestra vida eclesial. En primer lugar, agradecerle que haya hecho espacio en su apretada agenda para encontrarse con nosotros, el mundo juvenil, en especial en este tiempo previo al Sínodo de los Obispos, cuya temática somos nosotros…Usted lo ha mencionado muchas veces, los jóvenes deben ser los protagonistas del cambio, de una sociedad más justa, que se preocupe del débil, que aprecie el valor de la vida, que pueda gustar el amor de Dios en cada hermano y hermana, nacido en nuestro país o nacido en el otro extremo del mundo. Jóvenes que puedan denunciar la injusticia, y que se comprometan con un mundo mejor, con una alegría que no acaba, y que se renueva cada día, porque es Dios mismo quien riega la planta de la fe… En esta tarde, querido Papa Francisco, usted se encuentra sin duda en un Chile distinto al que recibió al Papa Juan Pablo II hace 30 años, pero estoy seguro de que hay algo que no ha cambiado, y eso es el cariño y afecto a Su Santidad, porque las chilenas y chilenos, jóvenes, niños, adultos y ancianos, reconocemos en usted un modelo de vida, un modelo de amor, un modelo de Cristo viviente».
En la ceremonia, el Papa recibió la Cruz de Chile.
Se leyó el evangelio de Juan que narra el llamado de Jesús a sus primeros discípulos.
Amar a la patria es amar a Jesús
En su discurso, el Papa dijo a los jóvenes que la Virgen del Carmen los acompaña para que sean los protagonistas del Chile que sus corazones sueñan. Al mismo tiempo, valoró la enorme capacidad de los jóvenes para movilizarse ante una catástrofe natural, «que habla de la generosidad de sus corazones»
«Si ustedes no aman a su patria, no les creo que lleguen a amar a Jesús», agregó. Y precisó que no cambiar «porque siempre fue así» es corrupción.
«¡Cuánto necesita la Iglesia chilena de ustedes, que nos «muevan el piso» y nos ayuden a estar más cerca de Jesús!»
Posteriormente citó versos de canción del grupo La Ley «Aquí»: «El ruido ambiente y soledad de la ciudad nos aíslan de todo. El mundo que gira al revés pretende sumergirme en él ahogando mis ideas».
Haciendo una analogía con la conexión de los teléfonos móviles, manifestó: «Me preocupa cuando, al perder «señal», muchos sienten que no tienen nada que aportar y quedan como perdidos (…) Nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie».
La contraseña del Padre Hurtado
En un diálogo de preguntas y respuestas siempre avivado con entusiasmo por los jóvenes, el Papa Francisco les reveló la contraseña del padre Alberto Hurtado y la compartió con los asistentes para que la anoten en sus teléfonos móviles: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?»
Y agregó, evocando una escena de los Tres Chiflados, que la única manera de no olvidarse de una contraseña es usarla. «Llegará el momento en que la sabrán de memoria, y llegará el día en que, sin darse cuenta, su corazón latirá como el de Jesús».
«En medio del desierto, del camino, de la aventura, siempre habrá «conexión», existirá un «cargador». No estaremos solos. Siempre gozaremos de la compañía de Jesús, de su Madre y de una comunidad», enfatizó el Pontífice.
Y concluyó: «»Sean ustedes los jóvenes samaritanos que nunca abandonan a un hombre tirado en el camino… sean jóvenes cirineos que ayudan a Cristo a cargar la cruz».
Fuente: Prensa CECh – Comunicaciones #FranciscoenChile