El Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM, recibió con alegría el reconocimiento canónico de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, CEAMA, como una entidad jurídica pública eclesiástica. La decisión pontificia ha sido notificada al presidente de la Ceama, cardenal brasileño Cláudio Hummes, el pasado 11 de octubre, a través de una comunicación suscrita por el cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos.
En un mensaje que hizo público el CELAM el domingo 17 de octubre, fecha que coincidió con la apertura del proceso sinodal en todas las diócesis del mundo, se expresa la alegría por la decisión adoptada por al papa Francisco de reconocer canónicamente a la CEAMA «en un tiempo en el que la Iglesia latinoamericana y caribeña acentúa su opción por la sinodalidad, en colegialidad, conversión integral, con voz profética, mirada integradora e incidencia, articulando e integrando redes, impulsando la descentralización, y acogiendo el Magisterio del papa Francisco”.
Según se destaca, “estos principios guiaron el proceso de renovación y de reestructuración del Celam, que incluye a la Ceama en su estructura organizativa”.
Nuevos caminos para la Amazonía
En el comunicado, firmado por monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, presidente del CELAM, y por el secretario general, monseñor Jorge Eduardo Lozano, el organismo episcopal expresa su agradecimiento al papa Francisco “por su orientación, cercanía y acompañamiento en la puesta en marcha de los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en la Amazonía”, que además es “fruto del proceso desatado por el Sínodo para la Panamazonía, con una significativa participación del Pueblo Santo de Dios de esta región”.
Si bien se espera que la revisión y aprobación de los Estatutos de la CEAMA continúe su curso, y que próximamente se dé a conocer el Decreto de su erección canónica por parte de las instancias correspondientes, el CELAM reafirmó su deseo de apoyar las iniciativas de la Iglesia en la Panamazonía, y aseguró su “voluntad de continuar caminando juntos, como discípulos misioneros, para que nuestros pueblos tengan vida en Jesucristo”.
Fuente: AICA